
Agujeros negros
Un astrofísico sugiere lo imposible: llevar un satélite al corazón de un agujero negro
Una audaz propuesta de un astrofísico chino plantea enviar una sonda al agujero negro más cercano para desentrañar sus misterios en una misión de un siglo

Los agujeros negros, enigmáticos objetos celestes, son de los mayores misterios del universo. Dado que no emiten luz detectable, su estudio se ha limitado a la observación indirecta de sus efectos gravitatorios.
La astrofísica busca ahora nuevas vías para explorarlos. Un reciente planteamiento propone una aproximación mucho más directa, que podría ofrecer datos cruciales para entender estos fenómenos y sería un hito para la exploración espacial.
Cosimo Bambi, astrofísico de la Universidad de Fudan en China, propone una misión para explorar un agujero negro. Su planteamiento, un método completamente nuevo para estudiarlos, plantea enviar una nave al agujero negro más cercano, obteniendo datos inalcanzables desde la Tierra. según Sciencealert
Una misión para desentrañar la relatividad general
Los agujeros negros son lugares idóneos para poner a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein, pues generan los campos gravitatorios más intensos. Una sonda que los orbitara podría realizar mediciones extremas, identificando desviaciones de las predicciones teóricas e impulsando el conocimiento.
El principal desafío es hallar un objetivo adecuado. El agujero negro más cercano conocido dista 1.565 años luz, una distancia considerada excesiva para los requisitos de la misión. Podrían existir agujeros negros mucho más cercanos aún no detectados. Aunque difíciles de localizar sin interacción, los astrónomos mejoran sus métodos, observando cómo su campo gravitatorio deforma el espacio-tiempo.
La misión sería factible con un agujero negro entre 20 y 25 años luz. Entre 40 y 50 años luz, las exigencias tecnológicas serían notablemente más complejas. Más allá de 50 años luz, el proyecto sería inviable. El siguiente paso sería la propulsión. Se requeriría una nave a un tercio de la velocidad de la luz, propulsada inicialmente por láseres basados en la Tierra, y luego por energía solar o estelar en el trayecto.
El viaje se estima en unos 70 años. Bambi propone usar dos o más sondas orbitando el agujero negro: una principal y varias más pequeñas. La comunicación, vía señales electromagnéticas, determinaría sus trayectorias y la propagación.Una vez recopilados, el envío de datos a la Tierra a velocidad luz añadiría tiempo. Desde 20 años luz, la información tardaría otros 20 años en llegar. Esto eleva la misión a casi un siglo desde su inicio.
A pesar de los plazos, Bambi subraya la importancia de planificar la misión antes de hallar un agujero cercano. Los resultados esperados, como desviaciones de la relatividad general o nuevas teorías, justificarían el esfuerzo y la inversión. El astrofísico compara la ambición del proyecto con hitos como la detección de ondas gravitacionales, confirmada un siglo después de su predicción, o las imágenes de sombras de agujeros negros, logradas medio siglo después. La propuesta ha sido publicada en _iScience_.
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