
Medio ambiente
China está luchando para que sus ciudades tengan aire limpio: podría empeorar el cambio climático
El aire más limpio en las grandes potencias asiáticas podría estar acelerando un fenómeno climático que preocupa a la comunidad científica global

El calentamiento del planeta ha experimentado una notable aceleración desde el año 2010, un hecho que se ha traducido en una serie consecutiva de años con temperaturas récord a nivel mundial. Esta situación ha generado una de las mayores incógnitas en la investigación climática contemporánea, pues las razones detrás de este repunte no estaban del todo claras hasta la fecha.
Diversas hipótesis se han barajado para explicar este incremento en el ritmo del calentamiento. Algunas investigaciones previas apuntaban a una reducción de las emisiones de azufre procedentes del transporte marítimo global. Sin embargo, dicha medida se implementó de forma notable a partir de 2020, lo que la sitúa como una causa demasiado reciente para justificar la totalidad de la aceleración observada.
Ahora, un nuevo estudio internacional sugiere un factor que hasta el momento no se había cuantificado con la suficiente precisión: la importancia de los esfuerzos por mejorar la calidad del aire en el este de Asia, y particularmente en China. Estas políticas anticontaminación, implementadas con rigor, podrían haber desvelado el verdadero impacto de los gases de efecto invernadero, cuya emisión creció en España en 2024.
El efecto 'paraguas' de la contaminación atmosférica
Históricamente, la presencia de contaminación en la atmósfera ha actuado como una suerte de escudo para la Tierra, mitigando parte del efecto del calentamiento global. Esta "sombrilla" artificial es capaz de desviar la radiación solar y, por ende, enfriar la superficie terrestre. De hecho, según apuntan desde Science Alert, se estima que la polución ha podido frenar el calentamiento provocado por el hombre hasta en medio grado Celsius durante el último siglo.
Con la implementación de medidas estrictas para limpiar el aire, algo crucial para la salud pública, este velo protector se ha ido retirando progresivamente. El resultado es que, mientras las emisiones de gases de efecto invernadero han continuado su tendencia al alza, la superficie terrestre se está calentando a un ritmo sin precedentes y que apunta a superar un umbral crítico de cara a 2028. El estudio se ha basado en un análisis exhaustivo de 160 simulaciones computarizadas, utilizando ocho modelos climáticos globales diferentes para cuantificar con precisión cómo la contaminación en Asia oriental ha afectado las temperaturas y los patrones de precipitación a escala mundial.
Una aceleración medible en el Pacífico
Los hallazgos de la investigación son una importancia evidente. Tras simular una reducción de la contaminación similar a la que ha ocurrido en el mundo real desde 2010, los científicos detectaron un calentamiento global adicional de alrededor de 0,07 grados Celsius. Aunque este número pueda parecer modesto en comparación con el calentamiento total de 1,3 grados Celsius experimentado desde 1850, es suficiente para explicar la reciente aceleración, especialmente si se aíslan las fluctuaciones anuales causadas por ciclos naturales como el fenómeno de El Niño.
Los datos indican que, de acuerdo con las tendencias a largo plazo, se habría esperado un aumento de temperatura de aproximadamente 0,23 grados Celsius desde 2010. Sin embargo, las mediciones reales apuntan a un incremento de cerca de 0,33 grados Celsius. Los 0,1 grados adicionales pueden explicarse en gran medida por la limpieza del aire en Asia, aunque también influyen otros factores como los cambios en las emisiones del transporte marítimo y el notable incremento reciente de las concentraciones de metano en la atmósfera.
La contaminación aérea genera enfriamiento al reflejar la luz solar o al alterar las propiedades de las nubes para que reflejen más radiación. La mejora en la calidad del aire en Asia oriental no solo reduce el efecto de sombra en la propia región, sino que también implica que menos contaminación es arrastrada por el viento a través del Pacífico Norte. Esto se traduce en que las nubes en el Pacífico oriental reflejan menos luz solar. Los patrones de estos cambios simulados por los modelos coinciden con las observaciones satelitales, mostrando un calentamiento considerable sobre el Pacífico Norte, a sotavento de Asia oriental. Este fenómeno ha permitido que la Tierra revele, sin el filtro de la contaminación, la plena extensión de las consecuencias climáticas.
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