Misión espacial
China lanza una misión tripulada para estar cada vez más cerca de la Luna
Con vistas a instalarse en la Luna antes de 2030, el gigante asiático envía una nueva tripulación a su estación espacial, "Palacio celestial"
China ha lanzado una nueva tripulación de tres personas a su órbita espacial, entre ellas un civil, mientras se esfuerza por iniciar vuelos tripulados a la Luna en 2030 y alcanzar lo que su presidente, Xi Jinping, denomina «el sueño eterno de explorar el cosmos» y de convertirse en una superpotencia espacial. El gigante asiático despachó el martes la nave espacial Shenzhou-16, su undécima misión espacial tripulada, precedida por una coreografiada «ceremonia de salida» en la que participaron numerosos admiradores que ondeaban orgullosos la bandera nacional. La Shenzhou-16, o «Nave Divina», y su trío de pasajeros despegaron a bordo de un cohete Long March-2F desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el desierto de Gobi, en el noroeste de China, a las 9:31 horas (0131 GMT). El despegue marcó la 475ª misión de vuelo de la serie de cohetes portadores Long March. La tripulación se anunció pocos días antes de su lanzamiento.
El taikonauta Jing Haipeng es el comandante, con Zhu Yangzhu como ingeniero y Gui Haichao, profesor de la Universidad Beihang de Pekín y primer civil en ser invitado a viaje espacial, como especialista en carga útil. Ya desde diciembre de 2022, el equipo se encontraba preparado para emprender el vuelo, en caso de haber sido requerido acudir al rescate de la actual tripulación, la Shenzhou-15, instalada desde el pasado noviembre en su estación espacial, ya plenamente operativa. A lo largo de cinco meses, los astronautas realizarán pruebas y experimentos en órbita a gran escala en diversos campos, según lo previsto. Se espera que obtengan importantes avances científicos en el estudio de nuevos fenómenos cuánticos, sistemas espacio-tiempo-frecuencia de alta precisión, la verificación de la relatividad general y el origen de la vida.
La Shenzhou-16 se ha utilizado para transportar a la tripulación a la Estación Espacial Tiangong y reemplazar al equipo precedente. Con un diseño muy inspirado en la cápsula rusa Soyuz, la cosmonave lleva 24 años en funcionamiento y completó su primer vuelo en 1999. La astronave tiene una masa de unos 7.840 kg (aunque puede variar en función de la carga útil real y las necesidades de la misión) y mide unos 9,25 metros de largo y aproximadamente 2,8 metros de diámetro. Su volumen interno es de 14 metros cúbicos y puede albergar hasta tres taikonautas para viajar a la Estación Espacial Tiangong o regresar de ella.
Está certificada para permanecer en el espacio hasta 183 días. El conjunto Shenzhou consta de tres módulos: el módulo orbital, el módulo de reentrada y el módulo de servicio. Una vez en órbita, el módulo orbital sirve de habitáculo y alberga numerosos instrumentos científicos y otras cargas útiles. El de reentrada, situado en el centro de la nave, dispone de un escudo térmico y constituye la única zona de la astronave que regresa a la Tierra. Las dos partes restantes se calcinan y se desintegran en la atmósfera durante la fase de vuelta. El de servicio alberga el soporte vital, la fuente de alimentación y la propulsión del aparato. Como destino final, la estación denominada «Palacio celestial» es la mayor plataforma espacial construida por China hasta la fecha.
Convivencia de cinco días
Está previsto que esté operativa entre 10 y 15 años en órbita terrestre baja, con una inclinación de 41,58 grados y una altitud de 389 kilómetros. De hecho, transcurridas 7 horas desde el lanzamiento, los tripulantes de la Shenzhou-16 accedieron con éxito al emplazamiento, mientras el equipo de la Shenzhou-15 les esperaba desplegando pancartas para dar una calurosa bienvenida a sus flamantes camaradas. Acto seguido, ambas tripulaciones convivirán en ese espacio durante cinco días, antes de que la Shenzhou-15 regrese a la Tierra. El gobierno chino ha avanzado a pasos agigantados en su programa espacial, compitiendo con Estados Unidos por el dominio de la tecnología avanzada para aplicaciones civiles y militares. El subdirector de la Agencia Espacial China confirmó recientemente sus planes de alunizar en menos de una década. Así, Pekín avanza rápidamente hacia la culminación del modelo básico de sus ambiciosas misiones de sondeo lunar y confía plenamente en dejar las huellas del pueblo chino en la Luna de aquí a 2030, según el diseñador jefe del programa chino de exploración lunar, Wu Weiren.
China estableció formalmente su «Proyecto Chang’e» en 2004. Recordemos que ya en 2019 Pekín pisó por primera vez la cara oculta de la Luna. Por fin, en diciembre de 2020, la sonda lunar Chang’e-5 trajo de vuelta 1.731 gramos de muestras de la Luna, con lo que se completó el programa de exploración en tres etapas: orbitar, alunizar y regresar. No obstante, fue hace un año cuando la Administración Espacial Nacional china anunció su intención de emprender la cuarta fase del programa de sondas lunares, que incluye el lanzamiento de tres misiones denominadas Chang’e-6, Chang’e-7 y Chang’e-8, y la construcción de una estación internacional de investigación lunar en esa superficie. Además, el proyecto prevé el lanzamiento del satélite de retransmisión de comunicaciones Queqiao-2 en 2024 para apoyar las próximas misiones de aterrizaje en el polo sur lunar y en la cara oculta del satélite.
✕
Accede a tu cuenta para comentar