Investigación

La ciencia reescribe la historia de la lepra: ya hacía estragos en América 1.000 años antes de la llegada de Colón

La Mycobacterium lepromatosis, descubierta en Estados Unidos en 2008 en un paciente mexicano

Por qué están aumentando los casos de lepra en España
La lepra se convirtió en epidemia en la Edad Media

La lepra no es una enfermedad del pasado ni ha sido doblegada por la historia. Cada día se detectan en el mundo 500 nuevos casos de lepra, unos 180.000 nuevos casos en todo el mundo. A pesar de que existe una cura desde hace 40 años, un tratamiento que consiste en dos pastillas diarias durante un año, seis meses en los casos menos graves, esta enfermedad no está erradicada.

Así, en España, se notificaron el pasado año un total de cuatro nuevos casos. Estos fueron detectados en Andalucía, Canarias, Cataluña y Madrid. Al finalizar 2024, había 10 personas en tratamiento: tres en Andalucía, una en Aragón, una en Canarias, dos en Cataluña, dos en Madrid y una en el País Vasco.

La lepra pudo aparecer en la India, donde las primeras descripciones de la enfermedad se remontan a 600 años antes de Cristo. Pero las primeras pruebas científicas de ésta enfermedad, proceden de un esqueleto egipcio y de dos momias coptas.

Desde Oriente, las enfermedad se extendió a Europa y se convirtió en epidemia en la Edad Media. Hasta ahora se pensaba que la llegada de los europeos a América había provocado que la lepra llegara al nuevo continente. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por investigadores del Instituto Pasteur, el CNRS y la Universidad de Colorado ha demostrado que una variante ya provocaba la enfermedad en América mucho antes de la llegada de Colón.

Así, el ADN antiguo revela que la lepra ya circulaba en América mil años antes de la conquista. Un estudio internacional ha analizado casi 800 muestras antiguas y modernas y ha reconstruido genomas de una segunda especie de bacteria responsable de la lepra, Mycobacterium leprae en restos de Argentina y Canadá de hace un milenio, según informa la Universidad Europea.

Los investigadores han demostrado que la variante M. lepromatosis se había propagado por el continente mucho antes de la llegada europea y ha identificado linajes inéditos que aún infectan hoy en Norteamérica, reescribiendo la historia epidemiológica de la enfermedad.

Aunque M. leprae sigue siendo la causa principal, este estudio se centró en otra especie, la Mycobacterium lepromatosis, descubierta en Estados Unidos en 2008 en un paciente mexicano, y más tarde en 2016 en ardillas rojas de las Islas Británicas.

El equipo empleó técnicas genéticas avanzadas para reconstruir los genomas de M. lepromatosis de individuos antiguos hallados en Canadá y Argentina. A pesar de la distancia geográfica de varios miles de kilómetros, se descubrió que estas cepas antiguas, que datan de períodos similares (hace aproximadamente 1000 años), eran sorprendentemente cercanas genéticamente. Si bien pertenecen a dos ramas distintas del árbol evolutivo del género Mycobacterium, estas ramas son genéticamente más cercanas entre sí que cualquier otra rama conocida. Esta proximidad genética, combinada con su distancia geográfica, implica necesariamente una rápida propagación del patógeno por el continente, probablemente en tan solo unos pocos siglos.

Los científicos también identificaron varios linajes nuevos, incluida una rama ancestral que, a pesar de haberse separado del resto de la diversidad de especies conocidas hace más de 9.000 años, continúa infectando a los humanos hoy en día en América del Norte, un descubrimiento que sugiere una diversificación antigua y duradera en el continente, así como una diversidad en gran parte inexplorada que probablemente aún queda por descubrir.

Cabe destacar que los análisis llevados a cabo por los científicos también sugieren que las cepas halladas en ardillas rojas del Reino Unido en 2016 pertenecen a un linaje americano que se introdujo en las Islas Británicas en el siglo XIX, donde posteriormente se propagó. Este descubrimiento destaca la reciente capacidad del patógeno para cruzar continentes, probablemente mediante intercambios humanos o comerciales.

«Este descubrimiento transforma nuestra comprensión de la historia de la lepra en América», afirmó la Dra. Maria Lopopolo, primera autora del estudio e investigadora del Laboratorio de Paleogenómica Microbiana del Instituto Pasteur. «Demuestra que una forma de la enfermedad ya era endémica entre las poblaciones indígenas mucho antes de la llegada de los europeos».

«Estamos empezando a descubrir la diversidad y los movimientos globales de este patógeno recientemente identificado. El estudio nos permite plantear la hipótesis de que podría haber reservorios animales desconocidos», afirmó Nicolás Rascovan, jefe del Laboratorio de Paleogenómica Microbiana del Instituto Pasteur. «Este estudio ilustra claramente cómo el ADN antiguo y moderno puede reescribir la historia de un patógeno humano y ayudarnos a comprender mejor la epidemiología de las enfermedades infecciosas contemporáneas».