
Cambio climático
Los científicos cargan contra el informe sobre el clima de EE. UU.: "Se burla de la ciencia"
Más de ochenta científicos en Estados Unidos se rebelan contra un polémico informe climático del Gobierno que tildan de «burla» y que ya se usa para desmantelar la regulación medioambiental vigente en el país norteamericano

En Estados Unidos, una decisión de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha encendido todas las alarmas en el ámbito científico. El organismo gubernamental ha utilizado un controvertido informe elaborado por el Departamento de Energía para justificar una posible revisión de la normativa sobre emisiones de gases de efecto invernadero, una decisión de consecuencias imprevisibles para la política climática del país. La polémica reside en que el estudio en cuestión ha sido objeto de un rechazo frontal y casi unánime por parte de los expertos. Esta situación alarma a los expertos, ya que ignorar el consenso científico en temas críticos puede tener repercusiones graves, una preocupación que resuena con la advertencia en la que un experto sentencia que el futuro de la humanidad es la autodestrucción.
De hecho, la comunidad científica estadounidense no ha tardado en alzar la voz para denunciar lo que consideran una auténtica burla a la ciencia. La crítica principal se centra en la metodología del documento, al que acusan de seleccionar de forma sesgada las evidencias, ignorando deliberadamente aquellos datos que no respaldan sus conclusiones. Esta falta de rigor lo convierte, a juicio de los especialistas, en un texto «no apto para la formulación de políticas».
En este sentido, más de ochenta y cinco especialistas han rubricado una carta conjunta en la que desacreditan por completo el trabajo, al considerar que carece de base empírica necesaria y de un pilar fundamental en cualquier investigación: la revisión por pares, que garantiza su fiabilidad. La contundencia de la respuesta del sector ha quedado patente en sus declaraciones, tal y como ha publicado Ars Technica, donde se refleja el profundo malestar existente. Este tipo de escrutinio es vital, pues la historia de la ciencia está llena de certezas que terminaron siendo reevaluadas, como el caso del que se creía que era el cráter más antiguo de la historia y que podría ser una gran mentira.
La respuesta del Gobierno no aplaca la controversia
Por su parte, un portavoz del Departamento de Energía ha salido al paso de las duras acusaciones para defender la validez del informe. Según su versión, el documento fue sometido a una revisión interna antes de ver la luz y, en cualquier caso, se mantiene abierto a recibir comentarios tanto del público como de la propia comunidad científica. Unas explicaciones que, sin embargo, no han logrado calmar los ánimos.
Sin embargo, para muchos investigadores, la preocupación va más allá de un único informe defectuoso. El temor generalizado es que este episodio forme parte de una estrategia más amplia por parte de la Administración para desmantelar las políticas medioambientales. La inquietud radica en que se estén socavando décadas de investigación científica a través de la promoción de documentos que carecen del más mínimo aval de la comunidad experta.
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