Genética
Científicos destapan un escándalo en la familia de Beethoven: alcohol y hepatitis B pudieron llevarle a la tumba
La investigación intentaba descubrir el motivo de su sordera, pero las conclusiones a partir del ADN fueron muy diferentes
Ludwig van Beethoven era sordo. O, al menos, murió siendo sordo, pero ¿por qué? ¿Qué le robó el oído a uno de los músicos más brillantes de todos los tiempos? La mala noticia es que no tenemos respuesta y, la buena, que buscándola un grupo de investigadores han dado con los trapos sucios de la familia Beethoven. Pero, mejor empecemos por el principio. Porque una sordera puede deberse a muchos factores y, en realidad, aunque no sepamos cómo ensordeció Beethoven, sí tenemos unas cuantas teorías, y esta investigación ha logrado descartar unas cuantas.
Así, que, si decidimos empezar por el principio, conviene insistir en que, como decíamos, Ludwig no nació sordo, pero sí murió con una severa reducción de su capacidad auditiva. Algo debió de suceder entre medias, algo progresivo que fue empeorando su oído poco a poco, año a año. Las primeras referencias que se tienen de esto son de 1796, cuando Beethoven tenía 29 años y acababa de sobrevivir a una fiebre tifoidea. Fue entonces cuando comenzó a acusar cierta pérdida de audición y un molesto y constante ruido al que llamamos tinitus. Algo que más adelante relata en una carta:
“Durante los últimos tres años mi audición se ha ido debilitando — No puedo oír las notas agudas de instrumentos o voces — Puedo oír sonidos, pero no puedo distinguir las palabras.”
No tan rápido
¿Pudo ser esta fiebre la causante de su sordera? Lo cierto es que no hay razón para sospechar que lo hubiera hecho de forma tan progresiva a lo largo de décadas. Es más, que el principio de los síntomas coincidieran con la infección no significa que el deterioro auditivo comenzara entonces. Es de suponer que, como en muchas sorderas, el oído de Beethoven ya llevaba tiempo padeciendo antes de que él pudiera percibirlo.
Otra de las hipótesis apunta a enfermedades autoinmunes como el síndrome de Cogan o el lupus eritematoso sistémico. Siguen siendo opciones viables en las que el propio sistema inmunitario del paciente ataca a su cuerpo y por lo tanto puede dañar los nervios auditivos. De hecho, parece que Beethoven sufrió dolores articulares e inflamaciones de la vesícula biliar, ambas cosas compatibles con estos procesos autoinmunes. No obstante, hay detalles que no encajan demasiado bien con estas suposiciones.
Más pesado que el plomo
La otra opción más apoyada es que Beethoven, desde el fallecimiento de su madre cuando él tenía 17 años, se dio a la bebida más de la cuenta. Es bien sabido que consumía alcohol en generosas cantidades, concretamente vino húngaro de baja calidad. Según él, era para abrir el apetito, pero los propios médicos le diagnosticaron alcoholismo en 1823. De hecho, falleció (muy probablemente) por una cirrosis. Pero ¿qué relación puede tener esto con la sordera? Resulta que el vino de mala calidad, como los de origen húngaro que llegaban a Bonn, donde vivía Beethoven, solían tener plomo. Los comerciantes lo añadían para mejorar el aroma y aunque la práctica era ilegal, eso no disuadía a los bodegueros con productos de menor calidad. Según lo que sabemos, hubo momentos en que Beethoven llegó a beber 3 litros diarios de vino, suficiente para que, por acúmulo a lo largo de los lustros, el plomo fuera haciendo mella en él y en sus nervios. De hecho, un análisis del pelo de Beethoven confirmó altos niveles de plomo.
No obstante, esta explicación tiene un serio problema: el famoso pelo que analizaron aquellos investigadores no era de Beethoven. Ahora sabemos que tampoco podemos estar seguros de la hipótesis del vino. Sin embargo, el nuevo estudio ha analizado el ADN del genio llegando a la conclusión de que, al menos, sí padeció bastante del hígado y que, no solo era genéticamente propenso a enfermedades hepáticas, sino que sabemos que consumía mucho alcohol y que se infectó con el virus de la hepatitis B. Todo eso pudo ser determinante para matar al músico.
Oído al dato
En cuanto a su enfermedad auditiva, por desgracia, los investigadores no han logrado detectar nada. De hecho, han podido descartar algunas patologías como el síndrome del colon irritable, que, en casos extremos, puede desencadenar una pérdida de la audición. Eso significa que el misterio sigue abierto, pero hay un detalle más entre los resultados. Extrañamente, el cromosoma Y del ADN de Beethoven no coincide con el de los descendientes vivos que conocemos. Esto significa que, siendo Y un cromosoma que heredan los varones por vía paterna, en algún momento entre el nacimiento de Hendrik van Beethoven (1572) y el de Ludwig van Beethoven (1770) una de las mujeres echó una cana al aire fuera de su matrimonio y, de aquella aventura, nació un varón que, genéticamente, no era del todo Beethoven. Puede que fuera el mismo Ludwig, aunque no lo sabemos.
Habrá que seguir investigando los datos históricos y genéticos que caigan en nuestras manos pero, es posible, que nunca lleguemos a descubrir el origen de la misteriosa sordera de Beethoven.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Los investigadores han insistido en la importancia de asegurarse de la autenticidad de los supuestos restos de los personajes históricos que queramos estudiar. De los 8 mechones de pelo que reunieron para esta investigación, solo 2 resultaron ser realmente de Beethoven. Quién sabe cuántos errores de identificación habrá en la literatura científica de este tipo.
REFERENCIAS (MLA):
- Tristan James Alexander Begg et al., Genomic analyses of hair from Ludwig van Beethoven Current Biology2023 10.1016/j.cub.2023.02.041
- Brotto, Davide et al. “A Modern Case Sheds Light On A Classical Enigma: Beethoven’s Deafness”. The Laryngoscope, 2020. Wiley, doi:10.1002/lary.28464. Accessed 26 June 2020.
- Cooper AZ, Nair SS, Tremaglio JM. Diagnosing Beethoven: a new take on an old patient. Am J Med 2016; 129:126–127.
- Hui AC, Wong SM. Deafness and liver disease in a 57-year-old man: a medical history of Beethoven. Hong Kong Med J 2000; 6:433–438.
- Oiseth SJ. Beethoven’s autopsy revisited: a pathologist sounds a final note. J Med Biogr 2017; 25:139–147.
- Stevens MH, Jacobsen T, Crofts AK. Lead and the deafness of Ludwig van Beethoven. Laryngoscope 2013; 123:2854–2858
✕
Accede a tu cuenta para comentar