Científicos españoles encuentran nuevas formas de vida en el fondo del océano

A pesar de que el ser humano se encuentra en una de las épocas de mayor afán de conocimiento de su corta historia, las aguas siguen siendo para él un territorio desconocido.

Como ha expresado el propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en su portal web, "el océano es el lugar más grande sin explorar de nuestro planeta". Se calcula que "se ha explorado menos del 5%" del océano, aunque este porcentaje podría ser incluso mayor.

Uno contempla las bastas aguas casi como cuando se queda absorto mirando el universo: inmenso, inexplorado, inconmensurable para la pobre mente humana. Aunque poco a poco se van realizando pequeños descubrimientos que permiten arrojan un poco de luz sobre el misterioso océano.

Es el caso de una red de cavernas volcánicas que se encuentran por debajo del fondo marino, y que han sido exploradas por un grupo de científicos cerca de las Islas Canarias, y donde han descubierto formas de vida marina sorprendentes.

Más abajo del fondo marino: un mundo por descubrir

Si el agua es el reflejo especular y magnificado de la tierra, no sorprende conocer que las profundidades marinas puedan superar con gran facilidad los 2500 metros. En la famosa "Fosa de las Marianas", localizada en el Océano Pacífico, se encuentra el "Abismo de Challenger", el punto más profundo del planeta Tierra, con casi 11 kilómetros por debajo del nivel el mar.

Pero existen territorios habitados por misteriosas criaturas que se encuentran aún más abajo de la corteza terrestre del fondo marino. Gigantescas cavernas y redes de cavernas que constituyen verdaderos ecosistemas cerca de los respiraderos hidrotermales en el lecho oceánico, como de las que pudieron surgir las primeras formas de vida según varias teorías científicas.

Estas aguas y las cavernas que riegan se encuentran, además de sometidas a una gran presión, a temperaturas extremas. Muchas veces las condiciones químicas de esta clase de ambientes son poco favorables para los seres vivos a los estamos más acostumbrados: poco oxígeno, alta concentración de azufre, muchas partículas en suspensión, etc.

Pero la vida se abre paso en cualquier ambiente y circunstancia, como así lo han demostrado un grupo de científicos que comandó un buque oceánico construido en uno de los astilleros más innovadores de España, el Freire Shipyard de Vigo.

Los descubrimientos científicos a más de 2500 metros de profundidad

A bordo del buque Falkor, un equipo de científicos españoles ha sido capaz de explorar de forma revolucionaria parte del fondo oceánico, descubriendo nuevos ecosistemas e interesantes formas de vida con características desconocidas hasta ahora.

Según ha informado el diario Sport, la zona sobre la que habrían trabajado estos intrépidos investigadores es el East Pacific Risa (Dorsal del Pacífico Oriental). Con la ayuda de un sofisticado robot submarino han podido adentrarse en un ecosistema cercano a respiraderos de aguas termales.

A lo largo del suelo oceánico encontraron una serie de cavernas interconectadas que se extendían bajo la corteza volcánica. A través de diversas tecnologías avanzadas de radar y tomografía, consiguieron crear mapas precisos de esta clase de estructuras.

Nuevas especies y sus usos para el avance de la medicina

Tanto en el interior como próximos a las cavernas el equipo de científicos pudo identificar especies nunca antes avistadas de gusanos, caracoles y bacterias quimiosintéticas. Un hecho sorprendente, si se tiene en cuenta las condiciones extremas de temperatura (más de 25ºC), presión y componentes químicos de su hábitat.

Como ha indicado Canariasenred, gracias a un sistema de cajas de malla colocadas sobre el lecho marino, la ciencia ha podido trazar los movimientos de los animales a través del subsuelo oceánico. Al parecer, encontraron una clase de gusanos tubícolas capaces de migrar a través de los respiraderos en busca de nuevos lugares donde establecer colonias.

Cada vez parece menos lejana la imagen de un grupo de humanos recolectando animales submarinos con propiedades curativas que planteaba el videojuego distópico de "Bioshock", basado en las novelas de la escritora Ayn Rand.

El valor de estos descubrimientos podría llegar a ser incalculable, pues especula con la infinidad de usos que el conocimiento que aportan los invertebrados marinos le pueden aportar a la medicina.

En muchas de estas especies capaces de sobrevivir en condiciones extremas se han encontrado compuestos con aplicaciones antibióticas, anticancerígenas y antiinflamatorias, más potentes que toda fuente terrestre conocida hasta el día de hoy.