Epidemiología
Las consecuencias de liberar mosquitos modificados genéticamente para luchar contra el dengue
Científicos de Brasil han liberado más de un millón de insectos para luchar contra el creciente número de casos provocados por el virus. ¿El problema? Muchas consecuencias a largo plazo se ignoran.
No es la primera vez que se habla de esta iniciativa. Ya lo había hecho Estados Unidos unos años antes y ahora Brasil. Las autoridades del país han comenzado a liberar mosquitos genéticamente modificados al medio ambiente para combatir los crecientes casos de dengue en el país. El problema es que todavía no se saben las consecuencias de esta medida.
En los dos primeros meses de este año se han notificado más de 1 millón de casos de infección viral transmitida por mosquitos, un 226% más de lo que se informó en el mismo período de 2023. Varias ciudades se encuentran en estados de emergencia. Por ejemplo, en febrero, Río de Janeiro declaró el brote como una emergencia de salud pública, después de que la ciudad registrara más de 42.000 casos de la enfermedad desde principios de año.
Casi la mitad de la población mundial vive en zonas con riesgo de infección por dengue. En Brasil, la enfermedad es endémica, es decir, está en constante circulación. Entre 2003 y 2019, se notificaron más de 11 millones de casos en el país, y el pico de transmisión se produce normalmente durante la temporada anual de lluvias, de octubre a mayo.
Por ahora no existe un tratamiento específico disponible para la infección; en cambio, la atención médica tiene como objetivo aliviar el dolor de los pacientes y mantener sus signos vitales. Afortunadamente, la enfermedad no se puede transmitir directamente de persona a persona. La estrategia, entonces, fue liberar los mosquitos para reducir la propagación, ir directo a la causa.
Los mosquitos desarrollados en este caso, son machos de la especie Aedes aegypti (la que transmite el virus del dengue a los humanos) que están modificados genéticamente para portar un gen que mata a cualquier cría hembra que engendren antes que alcance la edad adulta. La fiebre del dengue se transmite únicamente a través de las picaduras de mosquitos hembra A. aegypti.
La medida puede reducir la población de A. aegypti hasta en un 90% en las regiones donde se liberan los mosquitos genéticamente modificados. Todo parece positivo. Pero nunca nada es tan sencillo. Un estudio científico, publicado en Emerging Microbes and Infections, analizó más de 1.500 publicaciones científicas vinculadas a la liberación de insectos modificados para tratar enfermedades. Entre ellas, apenas 12 se basaban en evidencia de campo y solo 41 estudios siguieron las consecuencias de estas medidas. También se identificaron efectos ecológicos, como eventos de transferencia horizontal en un 15% de los estudios y empeoramiento de la patogénesis, es decir, el desarrollo de la enfermedad.
“Las estrategias de modificación de insectos pueden ser una alternativa prometedora para superar un aumento sin precedentes de enfermedades transmitidas por vectores – concluyen los autores del estudio -. Sin embargo, estas herramientas de modificación aún carecen de evidencia de campo vinculada a su eficacia a largo plazo. Los diferentes resultados de los estudios analizados sugieren la necesidad de generar evidencia local y específica en cada entorno. Las estrategias preventivas disponibles no deben reducirse o detenerse mientras los insectos modificados no ofrezcan una solución eficaz y segura. Esto refleja el enorme dilema que supone el uso de insectos modificados para prevenir enfermedades transmitidas”.
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