Ecología

Descubren que la corriente más poderosa del planeta está creciendo y puede acelerar el cambio climático

Un nuevo estudio ha encontrado una inquietante correlación entre la velocidad de la corriente circumpolar antártica y la temperatura del planeta

Impulsada por vientos poderosos, la Corriente Circumpolar Antártica gira en sentido horario alrededor del continente del sur. Los colores más cálidos representan velocidades más altas; los puntos rojos son los lugares de perforación.
Impulsada por vientos poderosos, la Corriente Circumpolar Antártica gira en sentido horario alrededor del continente del sur. Los colores más cálidos representan velocidades más altas; los puntos rojos son los lugares de perforación. Gisela WincklerEurekalert

El clima está cambiando y estamos cansados de escucharlo, sí, pero es lo que tiene estar viviendo una crisis climática sin precedentes en la historia de la humanidad. Y, aunque todas las noticias parezcan idénticas, no lo son, y algunas son más preocupantes que otras. Ésta, por ejemplo, es de las que debería pegarnos a la pantalla para entender qué está pasando exactamente. Porque la corriente circumpolar antártica parece que se está acelerando y eso significa que el hielo del polo sur está en más apuros de los que pensábamos.

Si has llegado hasta aquí, hasta este segundo párrafo, puede que te preguntes por qué debería importarnos el hielo en sí mismo, y la razón es la misma por la que en verano vistes con ropa clara. Cuanto más oscura es una superficie más calor retiene y, cuanto menos hielo haya en el planeta más se calentará la Tierra. Así que, que el cambio climático esté acelerando la corriente circumpolar antártica haciendo que el polo sur se funda más rápido, y eso significa que, a su vez, también está acelerando el cambio climático. Podríamos compararlo con una pelota rondando colina abajo que, cuanto más rueda, más rápido se mueve y más difícil es de detener.

Hace mucho tiempo

Para sacar estas conclusiones los investigadores han tenido que bucera en la historia de nuestro planeta y en las aguas del océano pacífico sur, concretamente en el punto Nemo, el más alejado a cualquier costa. Allí han perforado el fondo oceánico, a 3600 km bajo la superficie y han extraído dos columnas de sedimento, una de 145 metros y otra de 213. Estas columnas son, en realidad, el resultado de que la corriente circumpolar antártica haya dejado a su paso partículas de diferentes tamaños durante millones de años.

Porque, aunque ahora la corriente circumpolar antártica es la más poderosa del planeta y mueve 100 veces más agua que todos los ríos del planeta juntos, no siempre ha sido así. Ahora conecta los océanos Índico, Atlántico y Pacífico y, en su punto más ancho, tiene 2.000 kilómetros de sección. Pero este gigante oceánico tiene apenas 34 millones de años, cuando las fuerzas tectónicas separaron a la Antártida de otras masas continentales y las capas de hielo comenzaran a acumularse. Aunque, en realidad, es incluso más reciente en su forma actual, porque no empezó a fluir como ahora hasta hace unos 12 o 14 millones de años.

Los resultados

La cuestión es que, a partir de esos núcleos, los un grupo de 40 científicos de instituciones repartidas a lo ancho de 12 países, han podido rastrear los cambios en el flujo de esta corriente durante los últimos 5,3 millones de años a lo largo de tres épocas: el caluroso plioceno, el cambiante pleistoceno y el holoceno, que empezó hace solo 12.000 años. Cuanto más profunda fuera la capa en las columnas de sedimento más antiguo era el momento en que se habían depositado y, a mayor calibre de las partículas de roca, más intensa debía haber sido la corriente en aquel momento.

Así es como los expertos han podido correlacionar la temperatura del planeta con el flujo de la corriente circumpolar antártica. De hecho, esto confirma otros datos que ya teníamos, como un aumento del 40% en los últimos 40 años de los vientos sobre el Océano Austral uno de los factores que condicionan el flujo de la corriente. Ahora mismo el flujo que rodea la Antártida corre a 4 kilómetros por hora, y transporta 165 a 182 millones de metros cúbicos de agua por segundo y, por supuesto, cuanta más agua llegue a la Antártida desde lugares más cálidos, más intercambio de temperatura habrá entre el océano y el hielo del polo sur, fundiéndolo con mayor velocidad de la que esperábamos. Y es que, según los modelos informáticos, es esperable que la corriente aumente considerablemente si no frenamos el cambio climático.

Otro círculo vicioso

A todo esto se suma otro detalle, y es que esta corriente también está correlacionada con un aumento de la liberación de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Por lo que, cuanto más se caliente el planeta mayor flujo tendrá la corriente y más dióxido de carbono se liberará. Pero cuanto más dióxido de carbono se libere más gases de efecto invernadero en la atmósfera y mayores serán las temperaturas, volviendo a comenzar el círculo vicioso.

Los expertos emiten una conclusión muy cauta. Dicen, en sus propias palabras, que “si esto fuera cierto, un aumento futuro en el flujo de la corriente circumpolar antártica con el clima cálido marcaría una continuación del patrón observado en los registros instrumentales, con probables consecuencias negativas”. Lo cual, traducido, significa que, si otros estudios independientes confirman las conclusiones de este, nuestra crisis climática podría agravarse incluso un poco más.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El miedo no es la mejor manera de despertar la conciencia climática, sobre todo cuando no está directamente en nuestras manos como individuos detener determinados procesos industriales, pero hay ocasiones donde los datos son los que son y pintan poco halagüeños.

REFERENCIAS (MLA):

  • “Five million years of Antarctic Circumpolar Current strength variability” Nature10.1038/s41586-024-07143-3