
Longevidad
Descubren el secreto que multiplica por diez la vida de este animal… y lo ponen a prueba
Esta peculiar molécula de las ratas topo ha logrado alargar la vida de las moscas un 25%

Lo que más necesitamos es, precisamente, lo único que no podemos comprar: el tiempo. El segundero nunca se detiene y, aunque el dinero nos da control sobre el tiempo que nos queda y la medicina nos ha hecho más longevos… seguimos queriendo más. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Tongji (China) y la Universidad de Rochester (EE.UU.) han dado con una línea de investigación bastante prometedora. Porque, aunque están muy lejos de obtener resultados en humanos, han logrado revelar el secreto de la longevidad de un animal realmente peculiar que vive 10 veces más de lo que debería. Un secreto con el que han conseguido alargar la vida de las moscas.
El animal es cuestión es la rata topo pelona (o desnuda) que, en realidad, ni es una rata ni es un topo. De hecho, genéticamente, este roedor está más cerca de nosotros que de los ratones. A su extrañísimo aspecto rosa, arrugado y lampiño, se añaden dos cuestiones incluso más extrañas. La primera es que forma comunidades de 200 individuos con una estructura eusocial (como las hormigas o las abejas). En ellas, la reina esteriliza con feromonas a los obreros y soldados mientras ella da a luz a cientos de crías. La segunda es que llega a vivir 40 años, muchísimo más que otros roedores con su mismo tamaño y metabolismo. Porque, para hacernos una idea, las ratas comunes tan solo 2 años y una capibara rara vez excede los 10 en libertad. La rata topo cuadruplica la longevidad de las capibaras a pesar de que ella solo pesa 35 gramos frente a los más de 40 kilos de su rival.
Un error en el ADN
Aunque las causas del envejecimiento son variadas, sabemos que una de las más importantes es la inestabilidad del ADN. Las moléculas que contienen la “información” necesaria para que nuestro cuerpo funcione no son perfectas y su contenido se altera cuando se copian con cada división celular o cuando algún agente externo las daña (como el sol o determinadas sustancias químicas). Salvando las distancias, es el equivalente a que cometamos algún error copiando un texto a mano. Si copiamos la copia, y copiamos la copia de la copia, y así sucesivamente… las probabilidades de que se acumule cierta cantidad de errores crecen.
Pues bien. Los investigadores de este estudio, publicado en la revista Science han descubierto que las ratas topo pelonas tienen un ADN inusitadamente estable gracias a una molécula llamada cGAS. Y, lo más sorprendente es que, en humanos, dicha molécula se comporta al revés, dificultando la correcta reparación de nuestro ADN. La clave está en su composición, porque no estamos hablando exactamente de la misma molécula, sino de dos diferentes que están estrechamente emparentadas. Es más, tan solo las separan cuatro pequeñas diferencias.
Mutaciones interesantes
En concreto, cGAS es una enzima: un tipo de molécula que facilita que tengan lugar determinadas reacciones químicas. En este caso, la cGAS humana se une al ADN dañado y lo marca para que sea eliminado mientras que interfiere en la reparación. De este modo, evita que se produzca un proceso conocido como “recombinación homóloga”, donde se corrigen las mutaciones comparando el ADN dañado con una copia intacta. En el caso de las ratas topo, en cambio, su cGAS tiene cuatro mutaciones que invierten el función. En lugar de impedir la recombinación homóloga, su cGAS se une al ADN e impide que la parte dañada se marque para ser eliminada. Además, parece estar asociada a otras moléculas que propician la reparación como FANCI y RAD50.
Así pues, los investigadores querían comprobar si esta versión de la cGAS era realmente protectora y decidieron eliminarla de un grupo de ratas topo. Tal y como esperaban, los ejemplares empezaron a acumular daños en su ADN. Y, para llevar la prueba un paso más allá, decidieron modificar moscas para que un grupo produjeran cGAS humana y, el otro, una versión de la cGAS humana con las mutaciones equivalentes a las detectadas en ratas topo. Una vez más, las predicciones se cumplieron. Las moscas con la cGAS de humano modificada vivieron entre un 20 y un 25% más que sus compañeras.
Resultados esperanzadores que, sin embargo, no deben nublar nuestro juicio. Su aplicación en humanos está muy lejos todavía. Antes, deberemos asegurarnos de que estas mutaciones no asocian otros peligros incluso más preocupantes que el envejecimiento y, en segundo lugar, habrá que demostrar que tenga el efecto esperado en humanos. Lo mejor que podemos hacer, mientras tanto, es disfrutar de los años que nos quedan, porque ese segundero que sonaba en las primeras líneas del artículo no ha dejado de sonar.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Incluso si lográramos desarrollar una terapia antienvejecimiento eficaz basada en la cGAS mutada, cuestiones económicas, políticas y éticas se interpondrían entre su plausibilidad y su aplicación a la sociedad. Habría que resolver muchos problemas antes de hacernos veinte años más longevos.
REFERENCIAS (MLA):
- Beckwith, Walter. “The Secret to Naked Mole-Rat’s Longevity: Enhanced DNA Repair.” American Association for the Advancement of Science (AAAS), 9 Oct. 2025.
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