Virología

Descubren una vacuna universal gracias a un trastorno inmune

“Todavía no hemos encontrado un virus capaz de superar las defensas de la terapia”, señala el estudio.

Virus Congo
Virus CongoDreamstime

Unos 15 años atrás, el inmunólogo de la Universidad de Columbia, Dusan Bogunovic, comenzó a estudiar pacientes con diferentes enfermedades inmunes. Sin saber la sorpresa que le esperaba.

Una de estas enfermedades, caracterizada por una deficiencia en un regulador inmunitario llamado ISG15, presentan una inflamación sistémica leve, pero persistente. Inicialmente, la enfermedad solo parecía aumentar la vulnerabilidad a algunas infecciones. Pero a medida que se identificaban más pacientes, sus inesperados beneficios antivirales se hicieron evidentes: pronto descubrió que todas las personas con esta mutación tenían la capacidad de combatir todos los virus.

“El tipo de inflamación que presentaban era antiviral, y fue entonces cuando me di cuenta de que estos individuos podrían estar ocultando algo – afirma Bogunovic en un comunicado -. Cuando analizamos las células inmunitarias de los individuos, detectamos contacto con todo tipo de virus: gripe, sarampión, paperas, varicela. Pero los pacientes nunca habían mostrado signos evidentes de infección o enfermedad. En el fondo, pensaba que, si pudiéramos producir este tipo de leve activación inmunitaria en otras personas, podríamos protegerlas de casi cualquier virus”.

Actualmente, el equipo de Bogunovic está a punto de desarrollar una estrategia terapéutica que podría proporcionar esa protección de amplio espectro contra los virus y convertirse en un arma importante en la próxima pandemia.

El estudio, publicado en Science, demuestra que una terapia experimental que han desarrollado otorga temporalmente a los receptores (hámsteres y ratones, hasta ahora) el mismo superpoder antiviral que las personas con deficiencia de ISG15. Al administrarse profilácticamente en los pulmones de los animales mediante goteo nasal, la terapia previno la replicación viral de los virus de la influenza y del SARS-CoV-2 y disminuyó la gravedad de la enfermedad.

En cultivos celulares, “todavía no hemos encontrado un virus capaz de superar las defensas de la terapia”, añade Bogunovic. La terapia está diseñada para imitar lo que ocurre en personas con deficiencia de ISG15, pero solo por un corto periodo de tiempo.

En lugar de desactivar directamente ISG15 (lo que conduce a la producción de más de 60 proteínas), la terapia de Bogunovic activa la producción de 10 proteínas, principales responsables de la amplia protección antiviral.

El diseño actual se asemeja a las vacunas de ARNm contra la COVID-19, pero con una peculiaridad: diez ARNm que codifican las 10 proteínas se empaquetan dentro de una nanopartícula lipídica. Una vez que las nanopartículas son absorbidas por las células del receptor, estas generan las diez proteínas del huésped para producir la protección antiviral.

"Solo generamos una pequeña cantidad de estas diez proteínas, durante un periodo muy corto, lo que produce una inflamación mucho menor que la observada en personas con deficiencia de ISG15 – explica Bogunovic -. Pero esa inflamación es suficiente para prevenir enfermedades antivirales”.

El equipo de Bogunovic considera su tecnología como un arma para la próxima pandemia, brindando protección al personal de primera respuesta, a las personas en residencias de ancianos y a los familiares de personas infectadas, independientemente del virus responsable.

“Creemos que la tecnología funcionará incluso si desconocemos la identidad del virus - concluye Bogunovic -. Es importante destacar que la protección antiviral que ofrece esta tecnología no impedirá que las personas desarrollen su propia memoria inmunológica al virus para una protección a largo plazo”.