Salud

Los desórdenes alimenticios, la primera causa de muerte en salud mental

Solo en Estados Unidos muere una persona cada hora debido a este tipo de trastornos.

Bloqueo a la anorexia
La mayoría de personas con TAC tienen entre 12 y 24 años.larazon

Desafortunadamente, era cuestión de tiempo. Entre 1990 y 2020 la cifra de muertes provocadas por trastornos alimenticios (bulimia, anorexia nerviosa, etc.) se han duplicado a nivel global y también en España de forma individual. En nuestro país, el 20% de los menores (entre 7 y 18 años) presenta trastorno alimenticio y la pandemia lo empeoró. Según diversos estudios, los TCA (trastornos de la conducta alimenticia) aumentaron un 264,4% durante el confinamiento estricto. Todo esto no ha hecho más que propiciar que los TCA se hayan convertido en la primera causa de muerte en el ámbito de la salud mental.

Se estima que el 14,3% de las muertes en todo el mundo, aproximadamente 8 millones de muertes anuales, son atribuibles a trastornos mentales. A nivel global 70 millones de personas ha sido diagnosticados con TCA y solo en Estados Unidos muere una persona cada hora a causa de un trastorno alimentario. Muchas de estas muertes no se deben a consecuencias para la salud relacionadas con el hambre, sino al suicidio: 1 de cada 4 personas con anorexia nerviosa o bulimia nerviosa intentará suicidarse, y aquellas con anorexia tienen un riesgo de muerte por suicidio 31 veces mayor.

La proporción también es llamativa, ya que los estudios señalan que afecta a u  n hombre por cada 10 mujeres y es mucho más frecuente en la adolescencia. Un estudio realizado en Canadá en más de 1,2 millones de personas señala que la anorexia nerviosa afecta hasta al 3% de las mujeres jóvenes y tiene la tasa de mortalidad más alta de todos los trastornos psiquiátricos: un 5% de pacientes diagnosticados mueren cuatro años después del diagnóstico.

En España, alrededor de 400.000 personas padecen algún trastorno de la conducta alimentaria y más del 75% de ellas tienen entre 12 y 24 años. Se trata de la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia, según datos de la Asociación TAC de Aragón.