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Caballos

Desvelan las dos mutaciones clave que forjaron el imperio del caballo

Un nuevo estudio de Science revela los dos cambios genéticos cruciales que transformaron a los caballos salvajes en animales dóciles y montables, cimentando una relación que, hace unos 4.200 años, revolucionó la movilidad humana y su historia

Caballos disfrutando de su entorno EP

La domesticación del caballo, un suceso determinante en la historia de la humanidad, se produjo de forma relativamente tardía en comparación con otros animales, hace entre 4.500 y 5.000 años. Sin embargo, este proceso, que transformó a animales salvajes en compañeros indispensables para el desarrollo de nuestras sociedades, sigue guardando secretos sobre cómo fue posible. Afortunadamente, una nueva y ambiciosa investigación ha desvelado ahora las claves genéticas que hicieron realidad este milagro.

En este sentido, el estudio, que ha visto la luz en la prestigiosa revista Science, analizó el ADN de miles de restos equinos milenarios con el fin de rastrear las mutaciones genéticas. Gracias a esta labor, los investigadores han logrado identificar dos alteraciones esenciales en el genoma equino que dotaron a los caballos de las características necesarias para ser domesticados y, lo que es todavía más relevante, para ser montados. La primera de ellas, detectada hace aproximadamente 5.000 años, consistió en una modificación en el gen ZFPM1, directamente relacionado con la docilidad y el comportamiento del animal. Los primeros cuidadores de caballos, de manera intuitiva y sin ser conscientes de la biología subyacente, fomentaron la presencia de esta variante al seleccionar aquellos ejemplares menos agresivos y más manejables. Esta aproximación de estudio genético para desentrañar el pasado se alinea con otras investigaciones que han descubierto el ADN de los antiguos egipcios y los secretos que guardaban.

Asimismo, apenas unos siglos después de la primera, apareció una segunda transformación genética de notable importancia. Esta ocurrió en el gen GSDMC, cuya influencia se extiende a la conformación corporal del animal, así como a su fuerza y coordinación. Estas características resultaron vitales para que los caballos no solo fueran dóciles, sino también robustos y aptos para soportar el peso de un jinete o tirar de carros pesados, abriendo un abanico de posibilidades inmenso para el avance de las comunidades humanas de la época. Hallazgos arqueológicos recientes, como un yacimiento romano con tecnología que parece adelantada a su tiempo, continúan demostrando cómo las civilizaciones antiguas lograron hitos sorprendentes que aún hoy nos intrigan.

El linaje DOM2 y la revolución del transporte

De hecho, la combinación sinérgica de estas dos variantes genéticas dio origen al linaje DOM2, del que descienden directamente la inmensa mayoría de los caballos domésticos modernos que conocemos hoy día, tal y como recogen desde Interesting Engineering. Este proceso de domesticación representó un punto de inflexión de gran envergadura para el devenir de la humanidad, marcando un antes y un después en su capacidad de movimiento y expansión. Este legado no solo se manifiesta en la movilidad, sino también en la rica herencia cultural, como evidencian estatuas milenarias que conservan rastros de rituales ancestrales que dieron forma a esas sociedades.

Con todo, gracias a estos cambios genéticos y la posterior selección humana, alrededor de hace 4.200 años se pudo alcanzar una movilidad hasta entonces impensable, revolucionando de manera drástica el comercio, la guerra, las comunicaciones y la expansión cultural a una velocidad nunca vista, forjando así las bases de muchas civilizaciones antiguas.