Espacio

Detectan un campo magnético planetario a 12 años luz de aquí

Un planeta lejano llamado YZ Ceti b parece mostrar señales de actividad magnética

Representación conceptual artística de las interacciones entre un exoplaneta y su estrella. El plasma emitido por la estrella es desviado por el campo magnético del exoplaneta. Esta interacción perturba el campo magnético de la estrella y genera auroras en la estrella y ondas de radio.
Representación conceptual artística de las interacciones entre un exoplaneta y su estrella. El plasma emitido por la estrella es desviado por el campo magnético del exoplaneta. Esta interacción perturba el campo magnético de la estrella y genera auroras en la estrella y ondas de radio.Alice KittermanNational Science Foundation

Nuestro cerebro funciona generalizando. Es así como comprendemos los patrones y tendencias de este mundo nuestro que nos rodea. Lo hacemos para todo, tanto para lo que debemos como para lo que no, y así es como nace la matematización de las ciencias, pero también los prejuicios. El caso es que, en ocasiones, generalizar es casi imposible. Por ejemplo, solo conocemos los descendientes de una única forma de vida. Qué variadas podrían ser otras y nosotros, que generalizaríamos a partir de un único caso, apenas podríamos imaginarlo. Pues algo así es lo que sucede con nuestro planeta.

Si levantamos la vista al firmamento veremos algunos puntos de luz que, por mucho que se disfracen de estrellas, son también planetas. Vecinos de nuestro sistema solar. Hemos deducido bastante información sobre ellos, pero sigue habiendo mucho que desconocemos. Es más, si restringimos las cuestiones a planetas rocosos, como el nuestro, de un tamaño y características similares, el número de casos conocidos se reduce incluso más y, como es lógico, la generalización se vuelve incluso más complicada. Por lo tanto, en muchos casos nuestro intento de generalizar cuestiones planetarias se fundamenta en un único caso: el de la Tierra. Así es como nace la pregunta que nos trae aquí: ¿es frecuente que los planetas como el nuestro tengan campo magnético?

El campo magnético

La respuesta es especialmente importante para comprender la vida en el universo. El campo magnético nos protege de algunos de los peligros del universo y evita que los vientos solares barran la atmósfera, dejándonos sin aire. Como es de esperar, nuestro planeta sí está protegido por un campo magnético. De hecho, el calor de la Tierra es capaz de producir corrientes de hierro fundido en las capas externas de su núcleo. Como el aire de una habitación, el hierro más caliente asciende, enfriándose poco a poco hasta que se vuelve a hundir, aumentando así su temperatura y volviendo a empezar el ciclo. Son corrientes convectivas que, como si se tratara de una gigantesca dinamo, producen un campo magnético que escapa de La Tierra a través del polo sur, envolviéndola en todas las direcciones y reentrando a través del polo norte.

Es más, los polos magnéticos de un planeta se encuentran son los lugares donde el campo magnético cruza su superficie lo más perpendicularmente posible. En cualquier caso, ese es nuestro escudo, la magnetosfera, una zona alrededor del planeta bajo el influjo del campo magnético que general su núcleo. El lugar donde ocurre la batalla entre La Tierra y el Sol. Cuando las partículas eléctricamente cargadas del viento solar llegan a nuestras líneas de campo magnético, cambian su dirección y comienzan a seguirlas, como si fueran carreteras. Así es como terminan concentrándose en los polos, golpeando masivamente los átomos de la atmósfera de tal modo que absorben esa energía y, cuando la liberan, lo hacen en forma de una luz visible que conocemos como “auroras”.

YZ Ceti b

La pregunta, por lo tanto, no es fácil de responder. Sabemos, por ejemplo, que algunos planetas grandes (del tamaño de Júpiter) sí tienen campo magnético, pero identificarlo en planetas rocosos de nuestro tamaño que se encuentran a muchos años luz de aquí no es, precisamente, lo que diríamos “una trivialidad”. Como el campo magnético no es visible de forma directa, los investigadores tienen que buscar alternativas. Consecuencias de su presencia que sí podamos medir. Y, si los expertos no están equivocados, eso es lo que han encontrado en YZ Ceti b, un exoplaneta que se encuentra a 12 años luz de nosotros.

Todo comenzó cuando los investigadores Sebastián Pineda y Jackie Villadsen observaron una señal de radio repetida procedente de la estrella YZ Ceti utilizando el Karl G. Jansky Very Large Array, un radiotelescopio operado por el Observatorio Radioastronómico Nacional de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Esta señal de radio podía tener que ver con la interacción del campo magnético de YZ Ceti b y el de su estrella, que era justo el motivo por el que los expertos estaban centrando sus estudios en planetas muy cercanos a sus estrellas.

Es posible que, lo que hayan detectado los científicos sea una especie de aurora boreal, pero no del planeta, sino de la estrella consigo misma, en parte influida por el campo magnético de YZ Ceti b. Habrá que seguir investigando otros casos para estar seguros de que no existen otras explicaciones más parsimoniosas o acertadas.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • En teoría, el mismo YZ Ceti b no es habitable, pero no importa. No es eso lo que buscaban los investigadores. Lo que nos permite este estudio es reafirmar nuestras sospechas acerca de que existen otros planetas muy lejanos con su propio campo magnético y que, aunque este no sea habitable, seguro que harán más habitables otros que se encuentren en lugares menos hostiles del espacio.

REFERENCIAS (MLA):

  • Coherent radio bursts from known M-dwarf planet-host YZ Ceti Nature Astronomy 10.1038/s41550-023-01914-0