Eclipse

Eclipse de luna del 7 de septiembre: dónde y cómo verlo

Aunque estos eventos no son exclusivos de la Tierra, nuestro planeta sí se tiene una particularidad única.

Eclipse Luna
La luna irá cambiando de color a medida que avance el eclipse.NASANASA

Este fin de semana, España será testigo privilegiado de un evento astronómico: un eclipse total de Luna. La conjunción astronómica se produce hasta tres veces por año, pero no es visible desde todo el planeta. Un eclipse lunar ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna. Nuestro planeta genera un cono de sombra que oscurece a la Luna impidiendo que llegue la luz solar y, así, la Luna “desaparece”, de ahí el nombre de este fenómeno: eclipse encuentra su etimología en la palabra desaparición.

Pero para que esto suceda, los tres cuerpos involucrados deben estar perfectamente alineados, unos grados bastan para convertirlo en un eclipse parcial y revelar el truco. Por si esto fuera poco, los eclipses lunares solo se producen en la fase de luna llena. Es un caso extraordinario para la ciencia por ser casi un oximorón: en este caso la oscuridad ilumina. Al fin y al cabo un eclipse es un atardecer de sombras.

El eclipse será visible durante la noche del domingo 7 de septiembre de 2025 en casi toda España, excepto en las zonas más occidentales de Galicia y en las Islas Canarias. El Instituto Geográfico Nacional ha habilitado en su página webun mapa que nos facilita saber a qué hora comenzará el eclipse desde nuestra ubicación.

Un detalle interesante es que, a lo largo del eclipse (que durará en total unas dos horas), la Luna no estará completamente oscura: se podrá ver un tono rojizo debido a que, si bien nuestro planeta oculta la Luna, la atmósfera terrestre desvía parte de la luz y provocará este tono “sanguíneo” en el satélite.

Para ser parte de esta velada (nunca mejor dicho, tanto por lo sutil, como por el velo o por la tenue iluminación) astronómica, lo recomendable es alejarse un poco de la ciudad o al menos huir de la contaminación atmosférica a partir de las 19:30 y observar cómo la Luna se va ocultando lentamente.

La buena noticia es que, a diferencia de los eclipses solares que requieren cierta protección y son mucho más breves (la luna al ser más pequeña no puede ocultar mucho tiempo al Sol), los eclipses lunares pueden ser observados sin necesidad de equipo especial, son visibles para cualquier persona en la cara nocturna de la Tierra y permiten ver en detalle la progresión. Por todo esto, constituyen una puerta de entrada para apasionar a los más pequeños de la casa (y también a los mayores) en la astronomía. Y en la ciencia en general.

Lógicamente, la pregunta es si este evento es exclusivo de la Tierra. ¿Respuesta sencilla? Sí. Y no. Si bien es cierto que otros planetas de nuestro sistema solar tienen eclipses lunares, estos no son iguales a los eclipses lunares totales vistos desde la Tierra, ya que la proporción entre distancia y tamaño de los cuerpos involucrados, los hace diferentes.

Los eclipses son un fenómeno común en planetas con lunas. Por ejemplo, en Júpiter se produce uno a diario, gracias a Ío y Ganimedes (esta produce uno por semana). Dado que las órbitas de las lunas de Júpiter están alineadas casi con su plano ecuatorial, estas pasan frecuentemente por la sombra de Júpiter y son responsables de la frecuencia. En Saturno podrían ser más, teniendo en cuenta que casi triplica la cantidad de lunas de Júpiter: 95 contra 274.

Más cerca, nuestro vecino Marte, también cuenta con la llegada de eclipses lunares gracias a Fobos y Deimos, pero la gran mayoría son parciales. Pese a la poca frecuencia de estos eventos en Marte o el exceso de ellos en Júpiter, estudiarlos es un objetivo de los científicos. Del mismo modo que veremos una luna roja en este eclipse del fin de semana, debido a la atmósfera de la Tierra, analizar eclipses en otros planetas también permite comprender la composición de las atmósferas de otros planetas y de sus sistemas lunares. Esto nos indica las posibilidades de vida, los recursos y hasta su edad.

Así, los eclipses, que parecen ocultar, muestran mucho más de lo que pensamos. Del presente, pero también del pasado y del futuro.