Astrobiología

Los elementos fundamentales para la vida se forman más fácil en el espacio que en la Tierra

Es la conclusión de un reciente estudio que cuestiona la “exclusividad” de la Tierra en lo que a biología respecta.

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Es más fácil que se formen péptidos en el espacio que en la TierraYves Almecija/CNRSYves Almecija/CNRS

El origen de la vida en la Tierra sigue siendo enigmático, pero poco a poco estamos desentrañando los pasos involucrados y los ingredientes necesarios para explicar cómo sucedió. La teoría más aceptada es que la vida se originó en una sopa primordial de sustancias químicas orgánicas y biomoléculas, ayudada por las condiciones atmosféricas que provocaron las reacciones. A partir de ese momento la evolución comenzó a hacer su trabajo. Todas estas condiciones se creían que necesitaban de cierta estabilidad propia de nuestro planeta, pero podría ser que los ingredientes fundamentales para la vida se formen más fácilmente en el espacio que en nuestro planeta.

Esa es la conclusión de un estudio publicado en Science Advances que señala que algunos de estos ingredientes podrían haber sido transportados desde el espacio. De acuerdo con sus autores, un grupo especial de moléculas, conocidas como péptidos, pueden formarse más fácilmente en las condiciones del espacio que las que se encuentran en la Tierra. Eso significa que podrían haber sido transportados a la Tierra primitiva por meteoritos o cometas, y que la vida también podría formarse en otros lugares. Vamos por pasos.

Las funciones de la vida se mantienen en nuestras células gracias a moléculas grandes y complejas basadas en carbono llamadas proteínas. La forma de producir la gran variedad de proteínas que necesitamos para mantenernos vivos está codificada en nuestro ADN. Pero estas moléculas complejas se ensamblan a partir de una variedad de moléculas pequeñas y simples, como los aminoácidos, los elementos esenciales de la vida.

Los péptidos también son un conjunto de aminoácidos y pueden estar formados por apenas dos aminoácidos o por cientos, pero su ensamblaje es uno de los pasos más importantes para propiciar las reacciones químicas fundamentales para crear y sostener la biología.

Sin embargo, a pesar de su papel en el origen de la vida, no fue tan sencillo que se formaran espontáneamente en las condiciones ambientales de la Tierra primitiva. De hecho, los científicos detrás de este análisis demuestran que las condiciones frías del espacio son en realidad más favorables para la formación de péptidos.

La clave está en la baja densidad de nubes de moléculas y partículas de polvo en una parte del espacio llamada medio interestelar. Allí los átomos de carbono pueden adherirse a la superficie de los granos de polvo junto con las moléculas de monóxido de carbono y amoníaco. Luego reaccionan para formar moléculas similares a aminoácidos. Cuando dicha nube se vuelve más densa y las partículas de polvo también comienzan a adherirse, estas moléculas pueden ensamblarse formando péptidos.

Imitando estas reacciones en el laboratorio, el estudio demuestra que, aunque se reduce ligeramente la formación de péptidos, no se impide. En cambio, a medida que las rocas y el polvo se combinan para formar cuerpos más grandes, como asteroides y cometas, estos cuerpos se calientan y permiten que se formen líquidos. Esto, a su vez, estimula la formación de péptidos, un proceso que se habría producido durante la formación de nuestro propio sistema solar. Debido a que la formación de péptidos es más eficiente en el espacio que en la Tierra, y debido a que pueden acumularse en los cometas, sus impactos en la Tierra primitiva podrían haber generado cargas que impulsaron los pasos hacia el origen de la vida en la Tierra.

“Entonces, ¿qué significa todo esto para nuestras posibilidades de encontrar vida extraterrestre? Bueno, los componentes básicos de la vida están disponibles en todo el universo. Cuán específicas deben ser las condiciones para permitirles autoensamblarse en organismos vivos sigue siendo una cuestión abierta. Una vez que sepamos eso, tendremos una buena idea de cuán extendida o no podría estar la vida”, concluyen los autores.