
Cáncer
Encuentran un hongo capaz de hacer frente al cáncer, pero solo se encuentra en un lugar del planeta y le amenaza el peligro de la guerra
Científicos de Taiwán han revelado que el Antrodia cinnamomea, hongo exclusivo de su isla, alberga una molécula de azúcar con prometedoras propiedades anticancerígenas, capaz de eliminar células de cáncer de pulmón en laboratorio

Una de esas maravillas ocultas de la naturaleza, el hongo Antrodia cinnamomea, conocido también como Taiwanofungus camphoratus, ha captado la atención del mundo científico por sus prometedoras propiedades. Esta especie, endémica de Taiwán y asociada a un peculiar árbol en peligro de extinción, ha sido desde tiempos ancestrales un pilar en la medicina herbal de la isla. Ahora, la ciencia moderna comienza a desentrañar los valiosos secretos que esconde en sus entrañas. De hecho, la búsqueda de respuestas en la naturaleza no solo se limita a la medicina, sino que también nos lleva a descubrimientos fundamentales sobre el origen de nuestra existencia, como la teoría que apunta a que un gigantesco asteroide pudo haber sido el causante de la vida en la Tierra.
De hecho, un equipo de investigadores taiwaneses ha logrado establecer un vínculo entre este organismo y su asombrosa capacidad para combatir ciertos tipos de cáncer. El grueso de su trabajo se ha centrado en los polisacáridos sulfatados (SPS) que produce el hongo, unas moléculas de azúcar complejas, conocidas específicamente como sulfato de galactoglucano, que ya contaban con un historial de efectos anticancerígenos y antiinflamatorios en estudios anteriores, sentando así un precedente muy relevante.
Asimismo, un avance notable en la investigación reside en la capacidad de cultivar este hongo en el laboratorio, un hito que abre una senda de gran importancia para su estudio y aprovechamiento. Los científicos no solo consiguieron replicar su crecimiento, sino que desarrollaron una tecnología específica para que el A. cinnamomea produjera mayores cantidades de estas valiosas moléculas SPS. Fruto de esta innovación, se logró identificar un compuesto beneficioso en particular, denominado N50 F2. Estos avances demuestran cómo la bioingeniería y la tecnología están redefiniendo las fronteras de la ciencia, incluso al punto de que se ha logrado crear un ordenador a partir de neuronas humanas.
Resultados prometedores en la lucha contra las células cancerígenas
Posteriormente, los ensayos in vitro han revelado datos verdaderamente esperanzadores sobre el compuesto N50 F2. Este demostró ser capaz de reducir marcadores clave de inflamación y, lo que es aún más relevante, de bloquear e incluso eliminar células de cáncer de pulmón en el entorno controlado del laboratorio. Este importante hallazgo, tal y como recogen desde ScienceAlert, es un paso alentador en la investigación oncológica. Estos hallazgos se suman a un creciente cuerpo de conocimiento que explora las complejas interacciones entre el entorno y nuestro bienestar, como las investigaciones que sugieren que el skyline nocturno podría estar afectando negativamente la salud cerebral.
No obstante, estos resultados, aunque prometedores, deben manejarse con la debida cautela, pues requieren la validación en ensayos clínicos con seres humanos para confirmar su eficacia y seguridad a largo plazo. La investigación, publicada en la revista Carbohydrate Polymers, subraya el valor incalculable que atesora la naturaleza como fuente inagotable de posibles nuevos tratamientos. Este descubrimiento valida la búsqueda en el entorno natural de compuestos que puedan dar lugar a terapias innovadoras contra el cáncer, abriendo una puerta a futuras líneas de investigación y desarrollo farmacéutico.
Con Taiwán siempre al borde de una invasión por parte de la China continental, resulta curioso como la isla es un remanso de tecnologías únicas y una naturaleza que oculta grandes secretos.
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