Verano

Esta es la temperatura máxima que puede soportar el cuerpo humano: estamos en riesgo

El cuerpo humano está diseñado para sobrevivir en un rango de temperaturas relativamente estrecho

Una persona se refresca, este viernes, en una fuente del Parque Central de Valencia. La Conselleria de Sanidad ha activado este viernes la alerta por calor alto y extremo, por temperaturas que pueden superar los 41 grados, en 22 zonas de todas las comarcas de la Comunitat Valenciana a excepción de la Plana de Utiel-Requena y el Rincón de Ademuz. Foto Biel Aliño/EFE
Una persona se refresca,larazon

¿Cuál es la temperatura máxima que puede resistir nuestro organismo antes de entrar en colapso? La ciencia tiene una respuesta clara, pero también matizada, porque intervienen muchos factores además del simple número que marca el termómetro. Aunque somos capaces de adaptarnos a climas extremos gracias a la ropa, la tecnología y los refugios, existe un límite biológico que ningún ser humano puede superar sin poner en riesgo su vida.

El termostato corporal: un sistema sofisticado pero vulnerable

El cuerpo humano mantiene una temperatura interna estable de alrededor de 37 ºC gracias a un sofisticado sistema de termorregulación. Este equilibrio es esencial para que las enzimas y procesos metabólicos funcionen correctamente. Cuando la temperatura ambiente supera la capacidad del cuerpo para disipar calor, comienzan a fallar mecanismos vitales y aparece el peligro real.

Para protegernos, nuestro cuerpo recurre principalmente a la sudoración y a la vasodilatación periférica, es decir, ensancha los vasos sanguíneos para llevar más sangre caliente hacia la piel y así enfriarla. Sin embargo, este mecanismo depende en gran parte de la humedad ambiental. En climas húmedos, el sudor no se evapora con facilidad, dificultando la refrigeración natural del cuerpo.

El umbral crítico: ¿cuántos grados aguantamos realmente?

Según diversas investigaciones, una persona sana y joven podría soportar temperaturas del aire de hasta 46 ºC en condiciones de baja humedad y siempre que tenga acceso constante a agua y sombra. Sin embargo, si la humedad relativa es elevada, la situación cambia drásticamente.

El concepto de temperatura de bulbo húmedo (wet-bulb temperature) es clave para entenderlo. Este índice combina temperatura y humedad, y representa el límite en el que el cuerpo ya no puede perder calor a través de la sudoración. Diversos estudios, como los realizados por la Universidad de Roehampton (Reino Unido), sugieren que el cuerpo humano no podría sobrevivir con temperaturas de bulbo húmedo por encima de 35 ºC durante más de unas pocas horas. Este umbral, traducido a condiciones reales, puede suponer apenas 30 ºC con humedad cercana al 100 %, o 40 ºC con humedad superior al 60 %.

Si se superan estas condiciones, la temperatura interna del cuerpo empezaría a subir sin control, provocando golpes de calor, fallo multiorgánico y finalmente la muerte.

El riesgo del golpe de calor

Uno de los mayores peligros cuando la temperatura ambiental roza los límites de tolerancia humana es el golpe de calor. Este ocurre cuando el sistema termorregulador se colapsa y la temperatura interna del cuerpo supera los 40 ºC. En ese momento, las proteínas comienzan a desnaturalizarse, se producen daños cerebrales, fallos en el sistema circulatorio y puede desencadenarse un colapso irreversible si no se actúa con rapidez.

Los síntomas de un golpe de calor incluyen piel seca y caliente, confusión, mareos, taquicardia e incluso pérdida de consciencia. Es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.

Factores que influyen en la resistencia al calor

No todas las personas soportan igual las temperaturas extremas. La edad, el estado físico, la hidratación, el tipo de ropa, la aclimatación previa o la exposición solar juegan un papel clave. Por ejemplo, ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas son mucho más vulnerables, al igual que quienes toman ciertos medicamentos (diuréticos, betabloqueantes) que interfieren con la regulación térmica.

También influye el grado de aclimatación. Una persona acostumbrada a vivir en regiones cálidas puede resistir mejor el calor extremo gracias a adaptaciones fisiológicas, como una sudoración más eficiente.

Cómo protegerse ante el calor extremo

Para mantenernos a salvo cuando el termómetro se dispara, conviene tomar precauciones básicas:

  • Mantenerse bien hidratado, bebiendo agua de forma constante
  • Evitar bebidas alcohólicas o con cafeína
  • Usar ropa ligera, transpirable y de colores claros
  • Buscar sombra o ambientes con ventilación
  • Evitar la actividad física intensa en las horas de mayor calor
  • Conocer los síntomas del golpe de calor para pedir ayuda de inmediato

La temperatura máxima que puede soportar el cuerpo humano no depende solo del número que marque el termómetro, sino también de la humedad, la hidratación, la condición física y la duración de la exposición. Sin embargo, el límite crítico, según la ciencia, se sitúa alrededor de 35 ºC de bulbo húmedo, un escenario cada vez más real con el avance del cambio climático.