Insectos
Este escarabajo no llama a sus parejas el día siguiente, pero sí al otro
A pesar de que la vida en la Tierra transcurre sincronizada con los días de 24 horas, un escarabajo ha optado por un metabolismo de 48 horas.
Los ciclos circadianos son muy interesantes a nivel metabólico. En nuestro organismo, una serie de proteínas aumentan y disminuyen sus niveles de forma cíclica cada 24 horas. Estos ritmos circadianos son los que le indican al cuerpo cuando ha llegado el momento de descansar y cuándo de estar activos. La mayoría de animales, plantas e incluso bacterias los tienen, sean nocturnas o diurnas. Pero un escarabajo ha optado por una estrategia un tanto distinta. En vez de tener ciclos acoplados con el paso de un día terrestre, tienen ciclos de 48 horas, un caso insólito en la naturaleza.
El escarabajo de los dos días
Holotrichia parallela es una especie de escarabajo de un color negro que se alimenta de las raíces de una gran cantidad de cultivos. Su voraz apetito causa estragos en distintas partes del mundo, especialmente en Asia. Por ello, los investigadores están tratando de encontrar una solución averiguando los hábitos reproductivos de la especie. De este modo, conociendo cuando llega el momento del apareamiento, también pueden diseñar estrategias más efectivas para controlar las plagas. En el momento de la reproducción, la hembra se desentierra y busca una zona más elevada para soltar las feromonas que atraerán al macho.
Ahora bien, lo curioso de este comportamiento es que lo realiza cada dos días, en contraposición a muchos otros insectos y animales que tienen ciclos de 24 horas para la reproducción. Según comentó la profesora Joanna Chiu, jefa del Departamento de Entomología y Nematología de la UC Davis y experta en ritmos circadianos: los ritmos de veinticuatro horas se pueden observar tanto en la fisiología como en el comportamiento de una gran variedad de organismos, pero las observaciones de ritmos de 48 horas en la naturaleza son poco frecuentes. Los motivos tras este comportamiento no están claros, pero los investigadores esperan averiguarlo en estudios posteriores.
Persiguiendo hormonas
Originalmente, los investigadores esperaban encontrar y replicar los genes que producen las feromonas que atraen a los machos. Diseñando químicos similares a las hormonas y soltándolos en otros recipientes pretenden recrearlos en trampas que atraigan y confundan a los machos para atraparlos y deshacerse de ellos de forma efectiva. Evitando la cópula, el sistema permite eliminar únicamente a este insecto sin dañar al resto de especies de los campos. De este modo, se pueden desarrollar nuevas estrategias que puedan emplean los agricultores y así evitar el uso de pesticidas que acaben con todos los insectos, incluso aquellos que puedan ser beneficiosos para la polinización.
A partir de los 14 genes candidatos iniciales, el equipo consiguió identificar el que codificaba para el receptor del macho que reacciona a la feromona femenina. Este receptor tiene el nombre de LIME o éster metílico de L-isoleucina, y, según demostraron en los experimentos genéticos, está codificado por un gen denominado HparOR14. Se trata de la primera vez que se identifica este tipo de receptor en escarabajos.
Pero la sorpresa llegó al medir su actividad. Normalmente, la actividad de los genes fluctúa durante el día y la noche según los ciclos circadianos. Pero en este caso, su ciclo era de 48 horas. Es decir, cuando es día de apareamiento, al anochecer, los niveles de transcripción de HparOR14 aumentan, pero durante el día y la noche siguientes disminuyen considerablemente. Esto quiere decir que los machos únicamente son capaces de detectar las feromonas de las hembras en días alternos. Este curioso hallazgo ha obtenido el nombre de “ciclo circabidiano” y va a necesitar de futuras investigaciones para comprender de qué forma ayuda a la reproducción de esta especie de escarabajo.
Los ciclos circadianos están muy estudiados en células humanas, y en la comunidad científica ha sido uno de esos hechos que se ha asumido igual para la mayoría de las especies. Y es cierto, como se ha comentado en este artículo, las fluctuaciones en el metabolismo en una gran cantidad de seres vivos siguen un patrón de 24 horas. Pero la biología es una rama con más excepciones que normas y, probablemente, observando más especies los investigadores encontrarán más ejemplos de estos ritmos extraños.
QUE NO TE LA CUELEN:
- El día en nuestro planeta dura aproximadamente 24 horas en la actualidad, pero ha ido decelerando desde su creación.
- Nuestro satélite, en cambio, orbita nuestro planeta en 29 días y 12 horas, pero cada sí mismo cada 27,32 horas y se aleja de nosotros 38 milímetros cada año.
Referencias (MLA):
✕
Accede a tu cuenta para comentar