Nutrición

Este es el único alimento que contiene la enzima que repara los tejidos. Y fue popularizado a nivel global por un español

También es antiinflamatorio, reduce el riesgo de cáncer y el dolor de artritis, ayuda con la digestión y se recomienda para recuperarse del ejercicio físico.

Alimentación
Sistema vascular de la piña bajo el microscopioScience and Plants for SchoolsScience and Plants for Schools

Durante siglos, las piñas eran tan escasas que solo las personas muy ricas podían permitirse el lujo de comprarlas. Esto llegaba a tal nivel que incluso se alquilaban para exhibirlas durante las fiestas. Esto se debía principalmente a su escasez, ya que, durante el siglo XVII (cuando se descubrieron) solo se cultivaban en América del Sur. Pero entonces entró en la escena Francisco de Paula Marín y nació la leyenda de una fruta con una enzima única.

Marinero, botánico, políglota, médico, diplomático y buscavidas, este gaditano llegó al archipiélago hawaiano y pronto se convirtió en asesor del monarca local Kamahameha. Y uno de sus consejos fue cultivar la piña, una fruta conocida por los locales, pero nunca cultivada. La decisión fue acertada: en pocas décadas Hawái se posicionó como líder en la producción mundial de esta fruta con el 80% del mercado.

Y no solo por su sabor, también por sus propiedades nutricionales. Vamos por partes. Un estudio publicado en 2021 señala sus capacidades antiinflamatorias principalmente debido a la bromelina, una enzima cuyo uso fue aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos para tratar quemaduras graves de la piel.

“La piña es el único alimento que se sabe que contiene bromelina, una enzima que ayuda a sanar la piel y los tejidos -señala Julia Zumpano, nutricionista de la Clínica Cleveland -. La bromelina parece producir sustancias que combaten el dolor y la inflamación”. De hecho, diferentes estudios hablan de las propiedades para reducir el riesgo de cáncer de la piña señalando a la bromelina. Uno de ellos, por ejemplo, señala que “la bromelina y los flavonoides de las plantas de piña tienen actividad anticancerígena al inducir la apoptosis en las células cancerosas a través de mecanismos de inducción de p53”.

Un segundo estudio, publicado en Frontiers of Oncology, concluye que “los estudios analizados mostraron que la bromelina posee actividades farmacológicas corroboradas, como anticancerígenas, antiedema, antiinflamatorias, antimicrobianas, anticoagulantes, antiosteoartritis, antitraumatismos, antidiarreicas y reparadoras de heridas”.

Las vitaminas y minerales de la piña podrían ayudar a acortar las infecciones virales y bacterianas y fortalecer los huesos. A esto hay que sumarle su actividad positiva en la recuperación muscular y en los niveles de testosterona después de un esfuerzo físico, según otro estudio. Para ello analizaron a un grupo de ciclistas que compitieron en una prueba de seis etapas. “Se ha demostrado que la bromelina, una mezcla de proteasas obtenidas de la piña, reduce el daño muscular y la inflamación inducidos por el ejercicio, mejorando la recuperación”, explica el estudio, publicado en el European Journal of Sports Science.

Para aprovecharse de esta enzima hay que comer la piña al natural o deshidratada, pero no en lata, ya que pierde en el proceso, la bromelina.