
Meteorología
Esto es lo que dispara las olas de calor en el Mediterráneo
El descubrimiento de esta relación sienta las bases para sistemas de predicción más precisos.

Lo de la semana pasada no fue un hecho aislado: las olas de calor se repetirán con más frecuencia y serán más extremas, señalan los expertos en cambio climático. Y el mar Mediterráneo es particularmente susceptible a las olas de calor marinas, como la ola de calor récord de 2022, caracterizada por temperaturas superficiales del mar anormalmente altas, debido a la interacción entre los flujos de calor aire-mar y los procesos oceanográficos locales, lo que provoca impactos significativos en los ecosistemas marinos y las comunidades costeras.
Ahora, un estudio publicado en Nature y liderado por el dirigido por el Centro Mediterráneo sobre el Cambio Climático (CMCC), ha identificado a los “responsables” de estos eventos. Al analizar cientos de olas de calor marinas identificadas mediante datos satelitales avanzados y análisis de agrupamiento, el estudio muestra que las dorsales subtropicales persistentes (intrusiones de aire cálido procedente del continente africano en Europa, a menudo denominadas informalmente anticiclones africanos) tienen un impacto mucho mayor que el simple aumento de la temperatura del aire.
Si bien las dorsales subtropicales ocurren con frecuencia en verano, aproximadamente cada dos días, su persistencia es lo que crea las condiciones críticas para la formación de las olas de calor marinas. Cuando estas dorsales se asientan sobre la cuenca mediterránea durante cinco días consecutivos o más, aquietan los vientos predominantes, lo que provoca que el mar deje de desprenderse del calor y las aguas superficiales elevan su temperatura rápidamente.
“Nuestro estudio identifica las condiciones favorables que conducen a las olas de calor marinas y revela que estas son provocadas por la persistencia de las dorsales subtropicales, que debilitan los fuertes vientos en la zona”, afirma Ronan McAdam, investigador del CMCC y coautor del estudio, en un comunicado.
Los hallazgos demuestran que el 63,3%, el 46,4% y el 41,3% de las olas de calor marinas en el Mediterráneo occidental, central y oriental, respectivamente, ocurren durante períodos con dorsales subtropicales y vientos reducidos; una concentración notable considerando que estas condiciones combinadas solo ocurren en menos del 14% de todos los días de verano.
Cuando las dorsales subtropicales persisten durante varios días, la disminución resultante de la velocidad del viento provoca una reducción sustancial de la pérdida de calor del océano a la atmósfera. Esta pérdida de calor representa más del 70% del flujo de calor total en las regiones afectadas e impulsa la mayor parte del cambio de temperatura oceánica.
El descubrimiento de esta relación estadística sienta las bases para sistemas de predicción más precisos que podrían ayudar a proteger los ecosistemas marinos vulnerables y las industrias dependientes de futuros eventos extremos. Por ejemplo, en el Golfo de León, las temperaturas subsuperficiales aumentaron casi 7 °C en tan solo dos días durante los eventos más extremos, lo que ilustra la drástica velocidad a la que pueden desarrollarse las olas de calor marinas y la necesidad de predicciones precisas y respuestas eficaces. Dado que los mares Mediterráneos se calientan a un ritmo superior al promedio mundial, es esencial saber con precisión cuándo está a punto de azotar una ola de calor marina.
“Nuestro trabajo destaca procesos no identificados previamente que son esenciales para representar con precisión las olas de calor marinas del Mediterráneo – concluye McAdam -. Estos resultados son cruciales para mejorar los sistemas de pronóstico y los modelos del sistema terrestre, y representan un paso clave hacia estrategias eficaces de alerta temprana y mitigación en la cuenca”.✕
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