Ciencia

El estudio sobre la regeneración de extremidades del ajolote que podría aplicarse a seres humanos

Científicos europeos investigan en base a los transcriptomas de este anfibio y los comparan con los del resto de animales

El ajolote tiene la apariencia de un renacuajo gigante con patas y cola
El ajolote tiene la apariencia de un renacuajo gigante con patas y colacaptu

El ajolote mexicano, conocido por su asombrosa capacidad de regeneración de extremidades, órganos internos e incluso la médula espinal, se encuentra en el centro de un relevante estudio llevado a cabo en Europa. Científicos en Suiza y Alemania han realizado avances significativos para comprender la misteriosa habilidad de este anfibio para regenerar sus extremidades, y sugieren que estos descubrimientos podrían tener futuras aplicaciones en humanos.

El enfoque de la investigación involucró la creación de transcriptomas: listados exhaustivos de todas las moléculas de ARN presentes en el ajolote. Estos transcriptomas se compararon con los de humanos, ratones, pollos y ranas, permitiendo a los científicos identificar las diferencias genéticas que posibilitan al ajolote mexicano la regeneración de sus extremidades.

El aspecto crucial, según los expertos, radica en la ausencia de una estructura llamada cresta ectodérmica apical (AER por sus siglas en inglés) en estos anfibios, que se encuentra presente en embriones de la mayoría de los mamíferos y dirige el crecimiento de las extremidades. Aunque los ajolotes poseen células similares a las del AER, durante el proceso de regeneración de una extremidad, estas se transforman en diferentes tipos de células. Este descubrimiento, según los científicos, "abre nuevas perspectivas de investigación en mamíferos, incluyendo a los seres humanos".

La sorprendente capacidad de regeneración del ajolote ha sido objeto de numerosos estudios científicos con el propósito de desentrañar los mecanismos subyacentes a este fenómeno y explorar posibles aplicaciones en el ámbito de la medicina regenerativa. Además, este anfibio conserva un estado larval permanente, manteniendo características juveniles a lo largo de su vida, como las branquias externas y una apariencia acuática distintiva, a pesar de ser un animal terrestre. No obstante, se encuentra en peligro de extinción debido a la degradación de su hábitat en las zonas lacustres del centro de México.