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La NASA anuncia que intentará volver a la Luna en 2026: ''Vamos a acelerar cuando estemos listos''

La administración de Donald Trump ha vinculado Artemis a una ''segunda carrera espacial'' frente a China, con la vista puesta en Marte

La NASA descubre un planeta "Super Tierra" que emite una misteriosa señal repetitiva a solo 154 años luz de distancia
La NASA istock

La NASA informó la semana pasada, tras múltiples aplazamientos, la misión Artemis II tiene previsto despegar en febrero de 2026, adelantándose dos meses a la fecha oficial anterior, que apuntaba a abril. Será la primera ocasión, desde la partida del Apolo 17 en diciembre de 1972, en la que astronautas abandonen la órbita terrestre con destino a la Luna. Cincuenta años más tarde, la agencia estadounidense pretende recuperar protagonismo y reafirmar su liderazgo en la exploración espacial tripulada.

El proyecto no carece de ambición. Artemis II llevará a cuatro astronautas a orbitar la Luna durante diez días: Reid Wiseman, Victor Glover y Christina Koch, de la NASA, y Jeremy Hansen, de la Agencia Espacial Canadiense. En esta ocasión no está previsto descender a la superficie; la meta principal es poner a prueba los sistemas esenciales del Space Launch System y de la nave Orion: desde el soporte vital hasta las pantallas, el software, las comunicaciones y, en especial, el escudo térmico. Este último presentó fallos inesperados en Artemis I, cuando en 2022 sufrió desprendimientos al atravesar la atmósfera. El incidente obligó a rediseñar parte del perfil de vuelo y provocó un parón de casi tres años en el programa.

La NASA ha remarcado que la seguridad es su prioridad. Como señaló Lakiesha Hawkins, miembro del equipo directivo: ''Queremos enfatizar que la seguridad es nuestra prioridad absoluta. Vamos a acelerar cuando estemos listos, pero sin perder de vista que el éxito se mide en traer a la tripulación de regreso a casa''. Los ingenieros de Lockheed Martin y la propia agencia optaron por mantener el mismo escudo de Orion, aunque modificaron la trayectoria de entrada para evitar el ángulo que generó daños. Rick Henfling, responsable de la fase de reentrada de Artemis II, aseguró confiar «plenamente» en las soluciones implementadas.

La administración de Donald Trump ha vinculado Artemis a una ''segunda carrera espacial'' frente a China, con la vista puesta en Marte. El programa lunar chino avanza con constancia y contempla enviar astronautas a la superficie hacia finales de la década. Washington pretende adelantarse y reafirmar su supremacía. Artemis II será, en este sentido, un ensayo previo a Artemis III, misión que en 2027 debería llevar de nuevo a seres humanos a pisar la Luna.

El camino hasta aquí ha estado lleno de obstáculos. El ensamblaje del cohete SLS en el Centro Espacial Kennedy, programado para octubre, marcará un hito clave. Posteriormente, se trasladará a la rampa 39-B para una prueba de carga de combustible que verificará el correcto funcionamiento de todos los sistemas. La tripulación también entrenará protocolos de emergencia, como la evacuación mediante un sistema de escape, aunque no se activará en el vuelo real.

El coste de los retrasos

El programa ha sufrido tanto críticas financieras como de prestigio. Los sobrecostes ascienden a miles de millones de dólares y diversas auditorías han cuestionado su gestión. Aun así, Artemis continúa siendo la gran apuesta estratégica de Estados Unidos: más allá de plantar de nuevo la bandera en la Luna, la visión incluye crear una infraestructura permanente que permita aprovechar recursos y preparar el salto hacia Marte.

El calendario sigue siendo frágil y susceptible a nuevos retrasos. No obstante, si Artemis II despega en febrero como está previsto, el impacto será doble: por un lado, confirmará que la NASA ha solucionado los problemas técnicos; por otro, otorgará al gobierno de Trump un respaldo político en su pulso con China. Medio siglo después, Estados Unidos se dispone a repetir la gesta de volver a la Luna.