Cerebro

Los neandertales pudieron extinguirse por el mismo plomo que cambió nuestros cerebros

Los neandertales pudieron extinguirse por el mismo plomo que cambió nuestros cerebros

Profesor Alysson Muotry sujetando dos moldes de cráneos de primates (el de la izquierda es de un sapiens)
Profesor Alysson Muotry sujetando dos moldes de cráneos de primates (el de la izquierda es de un sapiens)Science AdvancesScience Advances

El plomo es una de las sustancias más tóxicas con las que nos hemos empeñado en hacer negocio. Por suerte, Clair Patterson logró que la gasolina con plomo se prohibiera en 1995 y, poco a poco, hemos visto cómo los metales pesados iban abandonando los lineales de nuestros supermercados. Sin embargo, aunque la revolución industrial ha disparado la contaminación por plomo, sus átomos ya llevaban siglos intoxicándonos. A principios de año, unos investigadores de la Universidad de Oxford publicaron un artículo sugiriendo que la minería de plata de los romanos pudo contaminarles con plomo hasta el punto de descender su cociente intelectual unos dos o tres puntos.

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Ahora, otros investigadores de la universidad de Southern Cross, Mount Sinai y la Universidad de California San Diego acaban de publicar otra investigación demostrando que el plomo lleva haciendo de las suyas (al menos) dos millones de años, muchísimo antes de que apareciera nuestra especie. Para hacernos una idea, los Homo sapiens surgimos hace algo más de 200.000 años. Sin embargo, este estudio ha encontrado plomo en la dentadura de individuos de Australopithecus africanus y Paranthropus robustus datados con casi 2 millones de años de antigüedad. Es más, en la investigación plantean que esta infame sustanciapudo estar relacionada con la aparición del lenguaje sapiens y nuestras capacidades cognitivas.

El problema del plomo se que nos gusta demasiado

Y es que, en realidad, hace mucho que conocemos los peligros del plomo. Los metales pesados han sido una amenaza silenciosa para la inteligencia y la salud humana: la erosión y fundición de la galena liberaba vapores de plomo que podían dispersarse por amplias regiones, llegando a afectar la cognición de quienes la manipulaban y, tal vez, de poblaciones enteras. Alquimistas, médicos e incluso bebedores de malos vinos adulterados con plomo, se exponían a sus peligros.

Ahora sabemos que los átomos de plomo (Pb²) se parecen lo suficiente a los de calcio (concretamente su ion Ca²) como para ocupar su lugar, uniéndose a los “huecos” donde debería estar el calcio. De hecho, ese es el motivo por el que se acumula durante la vida, aunque la exposición sea a dosis muy bajas y el motivo por el que los peces más grandes acumulan tienen más metales pesados en su cuerpo, magnificado la cantidad con cada escalón que subimos en la cadena trófica. Una vez en nuestro cuerpo, afecta a la transmisión nerviosa, el desarrollo cerebral, la contracción muscular y la formación de hueso.

Un gen clave

La investigación en concreto, que ha sido publicada en la revista Science Advances, ha analizado dientes de 51 individuos de homínidos de diferentes especies de entre 2 millones de años y unas pocas decenas de miles de años. Así es como detectaron que también había plomo en los dientes de nuestros parientes más cercanos, los neandertales y los denisovanos. En aquella época, donde la minería quedaba muy lejos, la erosión natural de minerales como la galena y el vulcanismo eran las principales fuentes de plomo y, bien por la contaminación de acuíferos, bien por periodos de hambruna que estimularan la pérdida de hueso y la liberación del plomo almacenado en ellos, el metal pesado habría llegado al esmalte dental de nuestros antepasados.

Pero los investigadores no se quedaron ahí. Decidieron crear una suerte de “versiones de bolsillo” de cerebros humanos: mismas células y estructura parecida a un cerebro, pero menores e incompletos. Al exponer estos organoides a concentraciones altas de plomo, vieron que un gen concreto cambiaba su expresión (podríamos simplificarlo diciendo que se modificaba su actividad). El gen en cuestión era NOVA1 y, como ya sabían los investigadores por estudios previos de otros equipos, ese gen está especialmente relacionado con el desarrollo de nuestro sistema nervioso, la plasticidad cerebral y con otro gen estrechamente relacionado con el desarrollo del lenguaje (FOXP2).

Cerebros de neandertal

Lo realmente interesante es que la versión del NOVA1 que tenemos los sapiens es diferente a la de otros homínidos, incluyendo a los neandertales y los denisovanos. ¿Y si nuestro NOVA1 había mutado volviéndonos menos susceptibles a la intoxicación por plomo? ¿Y si esa alteración genética había sido clave para la supervivencia de nuestra especie mientras nuestros parientes cercanos se extinguían? Así pues, los investigadores crearon más organoides de cerebro humano, pero con una diferencia. Habían modificado el NOVA1 para que se pareciera más a las versiones arcaicas, como la que tenían los neandertales. Sorprendentemente, los organoides con NOVA1 arcaico se vieron mucho más afectadas por el plomo, alterando en especial FOXP2 y vías potencialmente relacionadas con la comunicación, el neurodesarrollo y el comportamiento social.

¿Significa esto que fue el plomo la clave de nuestro éxito? Probablemente no. La supervivencia de nuestra especie pudo deberse a una constelación de causas mucho más compleja e, incluso si la exposición a plomo alteró genes implicados en el funcionamiento de nuestro cerebro y la aparición del lenguaje, no parece que los potenciara. Más bien la evolución ha moderado cuánto nos lastraba la contaminación por plomo, pero ni siquiera nos habría vuelto inmunes a sus perjudiciales efectos sobre nuestra cognición.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Este estudio mezcla experimentos y métodos muy interesantes pero, ante todo, conviene ser cautos y esperar a que futuras investigaciones comprueben estos resultados y analicen si hay más diferencias relevantes entre la actividad de nuestra variante del NOVA1 y la de nuestros antepasados y “primos” cercanos en el árbol de la evolución.

REFERENCIAS (MLA):

  • Joannes-Boyau, Renaud, Alysson Muotri, Manish Arora, et al. “Ancient Lead Exposure Shaped Evolution of Human Brain.” Science Advances, Southern Cross University, 15 Oct. 2025.
  • McConnell, Joseph, et al. “Pan-European Atmospheric Lead Pollution, Enhanced Blood Lead Levels, and Cognitive Decline from Roman-Era Mining and Smelting.” Proceedings of the National Academy of Sciences, 6 Jan. 2025.
  • Nasonline.org. 2021. Biografía de Clair Cameron Patterson escrita por George R. Tilton. [online] Available at: .
  • Shirley, K., 2021. Interview with Clair C. Patterson by Shirley K. Cohen. [online] Core.ac.uk.