Espacio
Nuevas mediciones revelan la situación del agua en La Luna
El agua es un bien escaso, aunque parece que no es tan escaso como se pensaba en nuestro satélite
Nos encontramos en un momento apasionante en cuanto a la exploración espacial. El ser humano parece que está cogiendo impulso para convertirse en una especie interplanetaria y, para ello, ha construido obras faraónicas, pero ¿Cuáles serían los siguientes pasos? y ¿Qué papel tiene La Luna en todo esto? Diversos estudios apuntan a que nuestro satélite podría ser esencial para llevar la carrera espacial al siguiente nivel, ya que sus condiciones lo hacen un lugar idóneo para utilizarlo como base de lanzamientos. De entre los problemas técnicos más recurrentes, como la exposición a los rayos solares, o la caída de micrometeoritos, uno de los mayores hasta ahora era la falta de agua, pero las últimas investigaciones han revelado que no es tan escasa como parecía.
Poco peso y poca agua
La fuerza de la gravedad en la superficie de La Luna es mucho menor que en La Tierra. En nuestro planeta estamos acostumbrados a escuchar el número 9,8 m/s², pero en La Luna, esta aceleración es de apenas 1,62 m/s². Esto provoca que los objetos pesen un 16,6% de lo que pesan en La Tierra, por lo que una persona de 75 kg terrestres marcaría aproximadamente 12,5 kg en una báscula lunar. La poca gravedad la hace idónea para utilizarla como base de lanzamientos, ya que los cohetes necesitarían menos combustible para alcanzar la velocidad de escape y, además, podrían llevar más carga para misiones más largas o construir bases en otros cuerpos del sistema solar.
Pero este entorno de microgravedad tiene un inconveniente, y es que La Luna no puede mantener una atmósfera estable. Los gases que se generan en su interior son eyectados al espacio casi en su totalidad, lo que significa que la presión en La Luna es minúscula, tanto, que el agua no puede encontrarse en estado líquido porque directamente se transforma en gas y escapa de la superficie. Además, las variaciones de las temperaturas, que pueden alcanzar los -184 °C durante la noche y los 214 °C durante el día en provocan que la cantidad de agua se reduzca todavía más. Afortunadamente, existen depósitos en ciertos lugares que podrían ser accesibles para las misiones del futuro.
Muy fresquita
A diferencia de en otros puntos de la superficie lunar, en los polos la temperatura es constante e igual a -96 grados Celsius, lo suficientemente fría como para mantener hielo. Además, estudios posteriores realizados con el observatorio SOFIA han mostrado que existe mucha más agua en los fondos de cráteres de la que se creía anteriormente, así como atrapada en el interior de cristales lunares, protegida por capas de regolito lunar. Esta agua podría ser de vital importancia para la colonización del satélite y para crear una base permanente, ya que ofrece la posibilidad tanto de consumirla, como de hidrolizarla en hidrógeno y oxígeno, para así no tener que depender en tanta medida de envíos de gases terrestres.
El oxígeno e hidrógeno extraídos también se pueden utilizar como combustible para los cohetes que se fabriquen en la estación, aunque convendría, en un primer momento, desarrollar las tecnologías para aprovecharlo en su totalidad. A fecha de hoy, tanto la NASA, como la ESA, China y Rusia tienen planes para sus bases lunares, con habitáculos pensados para aguantar las condiciones extremas, y algunas opiniones optimistas afirman que estos planes se materializarán alrededor del año 2035. Aunque hay que ser muy prudentes, ya que aunque se consiga construir la base, todavía pasarán varias décadas hasta que veamos fábricas lunares, si es que ocurren en un futuro.
Futuras misiones e ideas
El programa Artemis de la NASA parece que va a ser el encargado de que los humanos vuelvan a pisar la superficie lunar. El éxito de la misión Artemis 1, que mandó a la nave espacial Orión sin tripulación a realizar un sobrevuelo lunar en diciembre de 2022, fue el mejor precedente posible para las misiones futuras. La siguiente misión, Artemis 2, que se espera para diciembre del 2024, sobrevolará la luna con un equipo de cuatro astronautas y, un año después, la Artemis 3 pretende aterrizar en el polo sur lunar, donde se espera que los astronautas, entre otras cosas, recojan muestras de hielo lunar. La espera se va a hacer larga, pero parece que, dentro de relativamente poco tiempo, seremos testigos de nuevos paseos por la superficie de nuestro satélite.
QUE NO TE LA CUELEN:
- La velocidad de escape de La Luna es de 2,38 km/s, o unos 8500 km/h, a diferencia de La Tierra que es aproximadamente 5 veces superior: 11,2 km/s, o 40500 km/h.
- La última vez que se pisó la luna fue en la misión Apolo 17, el 11 de diciembre de 1972, hace más de 50 años.
Referencias (MLA):
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