Espacio

Un nuevo estudio lo confirma: los millonarios espaciales están comprando papeletas para desarrollar cáncer

Los viajes espaciales podrían aceleran el envejecimiento celular y, por suerte, esta información pude beneficiarnos a todos y no solo a quienes se pueden permitir visitar la órbita terrestre

La doctora Catriona Jamieson ha liderado una investigación del Sanford Stem Cell Institute sobre el impacto de los viajes espaciales en el envejecimiento celular
La doctora Catriona Jamieson ha liderado una investigación del Sanford Stem Cell Institute sobre el impacto de los viajes espaciales en el envejecimiento celularUC San Diego Health SciencesEurekalert

En el año 1997, la gran pantalla nos trajo Contact, una adaptación del libro que Carl Sagan había publicado en 1985. Hacia la mitad de ambas ficciones, un excéntrico millonario con cáncer terminal se retiraba a pasar sus últimos meses en la órbita terrestre. Por aquel entonces sabíamos que algunos tumores parecían desarrollarse con más parsimonia en el espacio y, si eso era cierto, podía tratarse de un interesante tratamiento paliativo para aquellos pacientes oncológicos capaces de desembolsar obscenas cantidades de dinero. Sin embargo, aquella idea que Contact inyectó en la cultura popular puede llegar a una idea equivocada. Los millonarios que se adentran ahora en el espacio, “cabalgando” sus compensatorios cohetes, no están huyendo del cáncer, sino todo lo contrario.

Un nuevo estudio publicado en Cell Stem Cell confirma lo que otras tantas investigaciones en medicina espacial han apuntado durante las últimas décadas: el espacio produce cáncer. O, para ser más rigurosos: las condiciones a las que se enfrentan los astronautas aumentan las probabilidades de desarrollar procesos tumorales. De hecho, abandonar la cómoda superficie terrestre en un avión ya aumenta nuestra exposición a radiaciones provenientes del espacio. Por lo tanto, cabe esperar que, si cambiamos el vuelo transoceánico por un viaje a la Estación Espacial Internacional, a 400 km sobre nuestras cabezas, el riesgo será mayor, pues allí ya no hay atmósfera que nos proteja. Es más, en un hipotético viaje a Marte como esos que sueña Musk estaríamos incluso más expuestos, al abandonar el escudo magnético que nos proporciona nuestro planeta (la magnetosfera).

De los Kelly a SpaceX

Tal vez, el experimento más sonado en el campo de la medicina espacial sea el que tuvo lugar entre 2015 y 2016 con los famosos gemelos Kelly. Uno de los dos astronautas (Scott Kelly) permaneció 340 días a bordo de la Estación Espacial Internacional mientras que, su gemelo, esperó pacientemente en la superficie terrestre. Durante todo el tiempo que duró el estudio, los análisis médicos indicaron que Scott había sufrido muchos más daños que su hermano (genéticos, fisiológicos, cognitivos e incluso en su microbioma. Por suerte, parte de estos problemas revirtieron tras la vuelta a la Tierra, pero los daños en el ADN fueron permanentes.

Sabemos que estas “lesiones genéticas” son factores de riesgo que aumentan notablemente la probabilidad de desarrollar un cáncer. El experimento, aunque muy limitado al solo incluir dos individuos, dio lugar a más de 44 investigaciones diferentes publicadas en diversas revistas científicas. Y, ahora, casi 10 años después, cuatro misiones comerciales de SpaceX han enviado a la Estación Espacial Internacional cultivos de células madre con el propósito de analizar cómo cambian durante algo más de un mes en el espacio. El resultado confirma lo que podríamos esperar: las células madre estudiadas mostraron signos de envejecimiento acelerado que (solo) en parte, revirtieron al volver a condiciones terrestres.

Nuevas pruebas

En resumidas cuentas, la investigación ha medido un aumento de la actividad metabólica de las células madres, una menor capacidad para generar células nuevas y sanas, mayor daño en el ADN, acortamiento de los telómeros (muy relacionados con el envejecimiento), signos de inflamación, estrés mitocondrial, activación de respuestas al estrés que pueden deteriorar la función inmunitaria, rasgos generales de envejecimiento acelerado y algunas cuestiones más técnicas que, en definitiva, constituyen un riesgo para la salud.

“El espacio es la prueba de resistencia definitiva para el cuerpo humano”, indica en la nota de prensa la doctora Catriona Jamieson, coautora del estudio, directora del Sanford Stem Cell Institute y profesora de medicina en la Facultad de Medicina de UC San Diego. “Estos hallazgos son de importancia crítica porque muestran que los factores estresantes del espacio, como la microgravedad y la radiación cósmica galáctica, pueden acelerar el envejecimiento molecular de las células madre sanguíneas. Comprender estos cambios no solo informa cómo proteger a los astronautas durante misiones prolongadas, sino que también nos ayuda a modelar el envejecimiento humano y enfermedades como el cáncer aquí en la Tierra. Este es un conocimiento esencial a medida que entramos en una nueva era de viajes espaciales comerciales e investigación en la órbita baja terrestre.”

Y es que, aunque pueda parecer información solo relevante para aquellos millonarios que piensen cambiar Cancún por las lunas de Júpiter, como añadió la doctora Jamieson, “los experimentos espaciales son tan complejos que te obligan a hacer mejor ciencia en la Tierra. La investigación espacial ha acelerado los avances tecnológicos en la Tierra, facilitando la investigación terrestre y haciéndola más relevante para la salud humana. Lo que hemos aprendido sobre el cáncer a partir de nuestros estudios en el espacio es absolutamente extraordinario.”

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque todavía suene muy lejano, los viajes espaciales podrían abaratarse notablemente en pocas generaciones y, aunque veranear en Marte queda muy lejos (y tal vez ni siquiera tenga sentido), los vuelos orbitales podrían ser caprichos para no tan ricos, equivalentes a esos infames cruceros de lujo que un porcentaje de la población (pequeño pero no ínfimo) se permite al menos una vez en la vida.

REFERENCIAS (MLA):

  • Jamieson, Catriona, et al. “Spaceflight Accelerates Human Stem Cell Aging.” Cell Stem Cell, University of California San Diego, 4 Sept. 2025.