
Neurociencia
La obesidad acelera (y mucho) la aparición de alzhéimer o, al menos, de sus marcadores
Un nuevo estudio sugiere que el alzhéimer progresa más rápido en los sujetos con obesidad

Antes nos asustaba la muerte, pero ahora que somos longevos nos persiguen monstruos más sutiles. Tememos dejar de ser nosotros mismos, convertirnos en una “carga” y que nuestra vida ya no nos pertenezca. Las enfermedades neurodegenerativas han ido tomando presencia a medida que ganábamos esperanza de vida y, entre ellas, el alzhéimer se ha vuelto la demencia más mediática (y la más frecuente, con más del 60% de los casos). Todavía no tenemos un tratamiento que frene la enfermedad por completo y, mucho menos, uno que la revierta. Tenemos algunos tratamientos sintomáticos que hacen mucho menos de lo que nos gustaría y, por ese motivo, la prevención y la detección precoz son nuestras dos principales estrategias.
En esa línea, un equipo de investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Saint Louis se preguntaron cuanta relación habría entre la evolución de los casos de alzhéimer y la obesidad. Otros estudios habían apuntado que existía cierta relación entre ellos, pero… ¿cuánta? ¿Suficiente para que pudiéramos usar el peso para intuir el pronóstico de esta demencia? Para responder a estas preguntas, los investigadores realizaron un estudio longitudinal, analizando más de 400 pacientes de la Alzheimer’s Disease Neuroimaging Initiative. Una base de datos que incluía imágenes tomadas con una técnica conocida como PET, que permite visualizar la acumulación de proteínas beta-amiloides en el cerebro de los pacientes, algo característico del alzhéimer.
Está en la sangre
Junto con las imágenes, los investigadores también analizaron el peso de los sujetos y una serie de moléculas cuya presencia y cantidad en sangre ayudan a determinar la progresión del alzhéimer. “Esta es la primera vez que demostramos la relación entre la obesidad y la enfermedad de Alzheimer medida mediante pruebas de biomarcadores sanguíneos”, dijo el doctor Cyrus Raji, autor principal del estudio e investigador principal en el Neuroimaging Labs Research Center del Mallinckrodt Institute of Radiology (MIR) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis.
Tras analizar cómo iban cambiando las pruebas en cada paciente a medida que evolucionaba la enfermedad, confirmaron sus sospechas. Aquellos pacientes con obesidad mostraban un aumento mucho más rápido de los biomarcadores sanguíneos; lo cual, a priori podría significar que la enfermedad también está progresando más rápido en ellos. De hecho, algunos valores aumentaron un 95% más rápido que en el grupo de personas sin obesidad. Sin embargo, había un detalle extraño. A pesar de que en casos más avanzados a más peso más rápido aumentaban los marcadores, en fases muy iniciales los pacientes con obesidad mostraban menos biomarcadores en sangre que el resto. ¿Podría estar protegiéndoles la grasa?
No necesariamente
“Creemos que los BBMs reducidos en individuos con obesidad se deben a la dilución por el mayor volumen de sangre”, dijo el autor principal del estudio, el doctor Soheil Mohammadi, investigador posdoctoral en MIR. “De hecho, si se confía en las mediciones iniciales, se podría pensar erróneamente que las personas con obesidad tienen una menor patología de Alzheimer. Necesitamos los datos longitudinales para comprender plenamente cómo la obesidad influye en el desarrollo de la patología del Alzheimer”.
Los propios autores añaden que, si los resultados de su estudio son correctos, controlar la obesidad podría ser determinante para abordar las demencias por alzhéimer. “Según el informe de 2024 de la Comisión Lancet, 14 factores de riesgo modificables representan aproximadamente el 45%, o cerca de la mitad, del riesgo de la enfermedad de Alzheimer”, dijo el doctor Mohammadi. “Si podemos reducir cualquiera de esos factores de riesgo, podemos reducir significativamente los casos de Alzheimer o alargar el tiempo hasta el inicio de la enfermedad”.
Es más, aunque para concluir lo que sigue harán falta más estudios y algunos ensayos clínicos, cabe la posibilidad de que este conocimiento no solo abra la puerta a la prevención, sino a tratamientos que deceleren el avance del alzhéimer. “Tenemos fármacos que pueden tratar la obesidad de manera bastante poderosa, lo que significa que podríamos rastrear el efecto de los fármacos para perder peso en los biomarcadores de Alzheimer en estudios futuros”, dijo. “Es maravilloso que tengamos estos biomarcadores sanguíneos para rastrear la patología molecular de la enfermedad de Alzheimer, y las resonancias magnéticas para rastrear evidencia adicional de degeneración cerebral y la respuesta a varios tratamientos. Este trabajo es fundamental para futuros estudios y ensayos de tratamiento.”
QUE NO TE LA CUELEN:
- Aunque las conclusiones del estudio son plausibles, hemos de tener en cuenta que los biomarcadores estudiados, aunque son buenos indicadores del avance de la enfermedad de Alzheimer, también se pueden ver afectados por otros factores. Tenemos que poner en contexto los resultados y esperar a que, futuros estudios, confirmen que están en lo cierto (o los desmientan).
REFERECIAS (MLA):
- Radiological Society of North America. Blood Test Shows Obesity Speeds Alzheimer’s Development. RSNA, 2 Dec. 2025.
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