¿Nave alienígena?
El objeto interestelar 3I/ATLAS vuelve a sorprender: le está creciendo una cola
Un nuevo y enigmático visitante interestelar se adentra en nuestro Sistema Solar. Se trata de 3I/ATLAS, un objeto que ya ha desarrollado una extraña cola de cometa mucho antes de lo esperado, fascinando a los astrónomos con su comportamiento anómalo
Hacia finales de octubre de 2025, un insólito viajero procedente de las profundidades de la galaxia alcanzará su punto de máximo acercamiento al Sol. Este objeto, bautizado como 3I/ATLAS, se deslizará justo por el interior de la órbita de Marte en una trayectoria que ha sido calculada con precisión y que, afortunadamente, no representa amenaza alguna para nuestro planeta. Su paso, aunque fugaz en términos cósmicos, promete ofrecer un espectáculo y una oportunidad científica sin precedentes. A diferencia de este visitante, la vigilancia de objetos cercanos es una prioridad, como demuestran las misiones que estudian cómo desviar un asteroide peligroso y sus posibles consecuencias.
De hecho, la comunidad astronómica internacional ya tiene sus ojos puestos en él. Las primeras imágenes, captadas por el potente telescopio Gemini Sur, han revelado que 3I/ATLAS ha comenzado a desarrollar una cola, convirtiéndose en un cometa en toda regla. No se trata de un cometa cualquiera, sino de un mensajero de otro sistema estelar, una rareza que permite a los científicos asomarse a la química y a los procesos de formación planetaria que ocurren más allá de nuestras fronteras. Este tipo de visitas son extremadamente infrecuentes, aunque recientemente se ha confirmado la llegada de otro objeto interestelar a nuestro sistema solar, lo que subraya la importancia de su estudio.
No obstante, lo que verdaderamente ha desconcertado a los expertos es la precocidad de su transformación. El objeto ha empezado a mostrar actividad cometaria mucho antes de lo habitual, cuando todavía se encontraba más allá de la órbita de Júpiter, una distancia considerable del calor solar. Esta conducta anómala, tal y como han publicado en Science Alert, sugiere que su composición es muy diferente a la de los cometas de nuestro propio vecindario cósmico.
La clave está en su composición química
En este sentido, los análisis preliminares apuntan a que la superficie de 3I/ATLAS es especialmente rica en hielo de dióxido de carbono. Este compuesto se sublima, es decir, pasa de estado sólido a gaseoso, a temperaturas mucho más bajas que el hielo de agua, que es el componente mayoritario de los cometas del Sistema Solar. Esta característica explicaría por qué el objeto ha "despertado" tan lejos del Sol, formando una coma —esa atmósfera difusa que rodea su núcleo— de forma prematura.
Así pues, los equipos de investigación trabajan a contrarreloj para desentrañar todos sus secretos antes de que se aleje para siempre. Estudiar la composición de su coma, el polvo que emana y la química general de su estructura es una oportunidad de oro para la ciencia. Cada dato recopilado es una pieza fundamental para comprender la diversidad de los sistemas planetarios que pueblan la Vía Láctea. Estos análisis son clave para entender la formación de otros mundos, como un brutal exoplaneta increíblemente extraño que ha desconcertado recientemente a los astrónomos.
Finalmente, una vez que complete su órbita alrededor del Sol, la gravedad de nuestra estrella lo catapultará de nuevo hacia el abismo del que procede. Su visita dejará tras de sí un valioso caudal de información, pero su destino es continuar un viaje eterno a través del cosmos, perdiéndose otra vez en la inmensidad del espacio interestelar.