
Tierra
El oscuro secreto por el que existe el núcleo de la Tierra: es el que marca las reglas del juego
El carbono emerge como el ingrediente secreto que permitió la solidificación del núcleo terrestre, un proceso químico clave que, según un nuevo estudio, evitó el colapso del campo magnético que protege al planeta

La solución a un antiguo misterio geofísico, el de cómo se formó el núcleo de la Tierra sin que colapsara su campo magnético, parece encontrarse en un único elemento: el carbono. Una investigación reciente desvela que este componente químico fue fundamental para que el corazón de nuestro planeta pasara de líquido a sólido, un proceso mucho más complejo de lo que se creía y que ha sido objeto de debate durante décadas en la comunidad científica. Este avance se suma a otros hallazgos que continúan desvelando la complejidad del corazón de nuestro planeta, como el extraño pulso detectado en el interior de la Tierra que también ha generado un intenso debate científico.
De hecho, el gran enigma residía en el delicado equilibrio de temperaturas. Para que el hierro fundido del núcleo comenzara a cristalizar, necesitaba enfriarse por debajo de su punto de fusión en un fenómeno conocido como superenfriamiento. El problema es que si este enfriamiento hubiese sido demasiado drástico —de unos 800 a 1.000 grados centígrados—, la dínamo interna que genera el escudo magnético que protege la vida en la Tierra se habría detenido por completo. El estudio de estas dinámicas no solo es fundamental para entender la geofísica planetaria, sino que abre la puerta a futuras innovaciones, ya que hay quienes proponen que la energía del futuro podría salir directamente del corazón de la Tierra.
Para resolverlo, un equipo de investigadores empleó simulaciones atómicas por ordenador, probando cómo distintos elementos afectaban a la congelación del hierro bajo presiones y temperaturas extremas. Los primeros resultados solo añadieron más intriga al asunto, ya que la presencia de silicio y azufre, contrariamente a lo esperado, ralentizaban el proceso de congelación. Lejos de ser la solución, estos elementos hacían todavía más difícil explicar el estado actual del núcleo, tal y como han publicado en Iflscience.
El carbono como la pieza clave del puzle geológico
Finalmente, las simulaciones dieron con la combinación exacta que lo explica todo. Una composición que incluye un 3,8 % de carbono en el núcleo permite que la solidificación comience con un superenfriamiento de apenas 266 grados. Esta cifra no solo encaja a la perfección con las estimaciones geofísicas, que lo situaban en unos 250 grados, sino que es la única mezcla conocida que justifica tanto el inicio de la cristalización como el tamaño actual del núcleo interno.
Además, el estudio revela otra particularidad asombrosa del proceso. A diferencia de lo que ocurre con la formación del granizo, que necesita una partícula de polvo o un cristal de hielo como «semilla» para empezar a congelarse, el núcleo de la Tierra no necesitó ningún agente externo para solidificarse. Este fenómeno, denominado nucleación homogénea, demuestra que la cristalización del hierro líquido se produjo de forma espontánea, subrayando la naturaleza excepcional de la formación de nuestro planeta.
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