
Genética
¿Padre o madre? ¿Quién te influye más genéticamente?
En cantidad de genes todo indica que ganan las madres, pero en lo que respecta a la importancia de los mismos…

Las dos frases más escuchadas ante un nacimiento son “Es igualita a su padre” o “Es un calco de la madre”. Con el tiempo (y la crianza) las semejanzas pueden confirmarse o diluirse. Y hasta llevar el parecido hacia el otro lado. Pero la pregunta permanece: ¿recibimos más influencia de nuestro padre o madre?
La respuesta no es sencilla y la versión breve sería que depende de si estamos preguntando por la cantidad total de genes que un niño hereda de mamá y papá, o por los genes de qué padres realmente contribuyen más. En cualquiera de las dos opciones la respuesta no es exactamente 50/50.
Por ejemplo, la mayoría de las personas saben que los genes se transportan en cadenas de ADN que se empaquetan en 23 cromosomas con forma de X o Y. Esos autosomas se alojan dentro del núcleo de una célula, y el ADN que contienen proviene por igual de ambos padres. Pero la célula en realidad contiene otro cromosoma, escondido dentro de las mitocondrias. Según un estudio publicado en Physiological Genomes, las mitocondrias, o la “batería” de la célula, producen la energía de la célula y desempeñan un papel importante en el ejercicio y el envejecimiento. Las mitocondrias también tienen su propio conjunto de ADN, y lo heredamos solo de nuestra madre.
Algunos estudios sugieren que nuestro ADN mitocondrial (y, por tanto, el de nuestra madre) desempeña un papel clave en nuestra resistencia atlética. Por ejemplo, un estudio, publicado en Journal of Applied Physiology, descubrió que una variante del gen asociada a una menor condición física era menos frecuente en ciclistas y corredores de élite que en la población general, un resultado confirmado por estudios posteriores.
De este modo, en términos genéticos, una persona lleva más genes de su madre que de su padre. Por el contrario, los genes del padre son más agresivos y cobran protagonismo al manifestarse. También es un hecho conocido que el sexo del bebé depende completamente del padre, ya que la madre solo lleva un cromosoma X.
Pero en lugar de preguntar qué padre aporta más genes, se podría preguntar qué padre aporta más. La mayoría de las diferencias superficiales que vemos entre las personas no se deben a los genes en sí, sino a una serie de "interruptores" químicos que se encuentran en la parte superior de nuestro ADN y que indican a nuestro cuerpo qué partes debe leer y traducir en proteínas y cuáles debe ignorar.
En un fenómeno llamado impronta, estos interruptores desactivan ciertos genes, pero solo cuando provienen de un padre en particular. Estos patrones persisten a lo largo de las generaciones. Por ejemplo, si el gen "A" está impreso por el padre, siempre funcionará si proviene de la madre, pero nunca si proviene del padre. La mayoría de los estudios sugieren que hay entre 100 y 200 genes impresos en el cuerpo, pero algunas investigaciones sugieren que podría haber más, según un estudio publicado en PLOS Genetics. Estos genes son particularmente importantes en el cerebro y la placenta.
Los estudios en ratones sugieren que podría haber algún desequilibrio a favor del padre en este sentido. Un estudio publicado en Nature Genetics descubrió que los genes impresos tenían 1,5 veces más probabilidades de estar silenciados en el lado materno y activos en el lado paterno. Otra investigación descubrió un resultado similar. En el cerebro, la mayoría de los genes impresos estaban activos cuando provenían del padre. Lo opuesto era cierto en la placenta. Sin embargo, no hay evidencia, al menos no todavía, de que tal desequilibrio ocurra en humanos.
Así, en pocas palabras, los genes de la madre estarían más presentes en las mitocondrias y en genes implicados en el peso, la inteligencia y aquellos vinculados a la hemofilia, mientras que los paternos, determinan el sexo, la altura, la salud dental y algunas enfermedades cardíacas.
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