Cerebro humano

La pérdida de la imaginación y la creatividad: los primeros signos del envejecimiento cerebral

El cerebro no envejece de manera uniforme, el pensamiento abstracto es lo primero que se deteriora según estudio

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Nuestro cerebro no envejece de manera uniforme, y tampoco lo hace de forma similar al de otros animales. El ser humano ha ganado tejido y materia gris en la corteza cerebral, lo que lo ha llevado a generar procesos neurológicos mucho más complejos relacionados con el juicio, la creatividad, la toma de decisiones y la imaginación. Este tejido sobredesarrollado, donde ocurren estas formas de pensamiento, es, de hecho, el que más rápido se deteriora.

Cuando somos niños, tenemos una facilidad para imaginarnos escenarios, jugar en nuestros mundos de fantasía, inventar animales, amigos imaginarios, dejar de lado toda lógica y sentarnos a pasar las horas en una realidad completamente alterna a la que conocemos normalmente. Eso sin contar que, de niños, también somos el doble de creativos y llegamos a soluciones más ingeniosas, ya que las barreras de lo posible suelen ser muy difusas.

Un reciente estudio publicado por la revista Science concluye que el envejecimiento se asocia con la pérdida de funciones cognitivas, ya que el cerebro comienza a perder materia gris, proceso que también se presenta en los grandes simios, como los chimpancés, cuyo cerebro es el más cercano al humano. Con esta idea en mente, el estudio utilizó resonancias magnéticas no invasivas para generar mapas detallados del cerebro de los chimpancés que se pudieran extrapolar a los seres humanos.

El envejecimiento cerebral no ocurre de manera uniforme

Con imágenes cerebrales de 189 chimpancés, cuyas edades oscilaron entre 9 y 50 años, y de 480 seres humanos, con edades comprendidas entre los 20 y 74 años, los investigadores evaluaron la cantidad de materia gris que se perdía en ambas especies, comparando los resultados en individuos de aproximadamente 50 años. Así, llegaron a la conclusión de que los seres humanos pierden materia gris en la zona del cerebro relacionada con el pensamiento abstracto, mientras que las áreas motoras y visuales (funciones básicas de cualquier animal) permanecieron intactas.

Todo esto indica que lo que normalmente atribuimos a "madurar" es, en realidad, nuestro cerebro envejeciendo, particularmente en la corteza prefrontal. Entre los factores clave del deterioro está la reducción de la plasticidad sináptica, es decir, aquella capacidad del cerebro para formar y reorganizar conexiones entre neuronas en respuesta a la experiencia y el aprendizaje. Con el envejecimiento, esta plasticidad disminuye, lo que dificulta la formación de nuevas ideas, la resolución creativa de problemas y la adaptación a situaciones nuevas.

Impacto del estrés y la fatiga en el envejecimiento cerebral

A medida que envejecemos, los neurotransmisores como la dopamina, esenciales para la motivación, el enfoque y la generación de ideas novedosas, disminuyen. La dopamina es uno de los neurotransmisores más directamente asociados con la creatividad. Esta sustancia química está implicada en el sistema de recompensa del cerebro, lo que significa que es responsable de la sensación de placer y satisfacción que sentimos cuando logramos algo. Además, la dopamina facilita la formación de nuevas ideas y conexiones, un proceso esencial para el pensamiento creativo.

La pérdida de neurotransmisores también está relacionada con el estrés crónico y la fatiga. El estrés prolongado eleva los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede dañar la corteza prefrontal y el hipocampo, áreas del cerebro esenciales para la regulación emocional y la memoria. Este daño reduce la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas situaciones y afecta la neuroplasticidad, lo que acelera el envejecimiento cognitivo.

Por otro lado, la fatiga crónica disminuye la eficiencia cognitiva, dificultando la concentración, la toma de decisiones y la resolución de problemas creativos. Además, la fatiga suele interferir con la calidad del sueño, un factor crucial para la reparación y la consolidación de la memoria en el cerebro. La combinación de estrés y fatiga puede crear un ciclo vicioso, exacerbando el envejecimiento cerebral.