Astronomía

¿Es este el primer agujero negro del Universo?

Hasta ahora el más antiguo había nacido 700 millones de años después del Big Bang, pero este tiene poco más de 500.

Habitualmente se dice que somos polvo de estrellas y esto se debe a que la explosión de estas es la responsable de distribuir la mayoría de los elementos, como el carbono, el nitrógeno y el oxígeno, imprescindibles para la vida, por el universo. Pero al igual que forman elementos, estas explosiones también dan a luz a los agujeros negros. De ahí que también podríamos decir que somos parte de agujeros negros, unos objetos que influyen en la formación de planetas también. Por eso los científicos los estudian y analizan su comportamiento. Y no son todos iguales, ni tienen la misma edad. De hecho, recientemente se podría haber descubierto el primer agujero negro del universo.

Un equipo liderado por Steven Finkelstein, de la Universidad de Texas, ha descubierto el agujero negro supermasivo activo más distante hasta la fecha con el Telescopio Espacial James Webb (JWST). La galaxia de la que nació, CEERS 1019, existió unos 570 millones de años después del Big Bang, y su agujero negro es menos masivo que cualquier otro identificado hasta ahora en el universo primitivo.

Además del agujero negro en CEERS 1019, el equipo de Finkelstein también identificó dos agujeros negros más que están en el lado más pequeño y existieron 1.000 millones y 1.100 millones de años después del Big Bang. JWST también identificó once galaxias que existían cuando el universo tenía entre 470 y 675 millones de años. Los hallazgos se han publicado en The Astrophysical Journal Letters.

CEERS 1019 es notable no solo por su edad, sino también por lo relativamente poco que pesa su agujero negro. Registra alrededor de 9 millones de masas solares, mucho menos que otros agujeros negros que también existieron en el universo primitivo y que fueron detectados por otros telescopios. Esos gigantes suelen contener más de mil millones de veces la masa del Sol, y son más fáciles de detectar porque son mucho más brillantes. El agujero negro dentro de CEERS 1019 se parece más al agujero negro en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que tiene 4,6 millones de veces la masa del sol.

Aunque más pequeño, este agujero negro se formó tan poco tiempo después de que comenzara el universo que su origen y que aún siga activo, son difíciles de explicar. Los investigadores saben desde hace mucho tiempo que los agujeros negros más pequeños deben haber existido antes en el universo, pero no fue hasta que JWST comenzó a observar que pudieron hacer detecciones definitivas.

Las imágenes permitieron descubrir que esta galaxia está ingiriendo tanto gas como puede mientras produce nuevas estrellas. "No estamos acostumbrados a ver tanta estructura en imágenes a estas distancias - señalan los autores en un comunicado -. Una fusión de galaxias podría ser en parte responsable de impulsar la actividad en el agujero negro de esta galaxia, y eso también podría conducir a una mayor formación de estrellas. Hasta ahora, la investigación sobre objetos en el universo primitivo era en gran parte teórica, con el telescopio Webb, no solo podemos ver agujeros negros y galaxias a distancias extremas, ahora podemos comenzar a medirlos con precisión. Ese es el tremendo poder de este telescopio”. En el futuro, es posible que los datos de JWST también se puedan usar para explicar cómo se formaron los primeros agujeros negros, revisando los modelos de los investigadores sobre cómo crecieron y evolucionaron los agujeros negros en los primeros cientos de millones de años de la historia del universo.