Ciencia

Por qué hace más frío en el espacio si está más cerca del Sol

Se trata de un lugar bastante frío pese a su cercanía a la estrella solar, con una temperatura mucho más baja que el planeta Tierra

Planetas como Mercurio o Venus, por su cercanía al sol, experimentan mucho calor, aunque en el espacio exterior, independientemente de su lejanía, hace frío
Planetas como Mercurio o Venus, por su cercanía al sol, experimentan mucho calor, aunque en el espacio exterior, independientemente de su lejanía, hace fríoDreamstime

La temperatura media global de la superficie de la Tierra está en unos 15ºC aproximadamente. Una cifra que ha estado aumentando debido al cambio climático, aunque hace que nuestro planeta sea habitable. Venus es extremadamente caluroso, mientras Marte es un lugar gélido, tal y como indica su cercanía y lejanía del Sol. Pero el espacio es un lugar bastante frío, y aunque está más cerca de la estrella solar, la temperatura es más fría que en nuestro planeta. Y la ciencia explica por qué.

El Sol es una estrella con temperaturas extremadamente altas en todas sus capas, siendo de aproximadamente 15 millones de grados en su núcleo. Esta temperatura varía en función de sus capas, que van desde su núcleo hasta la corona, esta última siendo entre uno y tres millones de grados.

Así, estas temperaturas extremas son esenciales para los procesos que generan la luz y el calor que hacen posible la vida en la Tierra. Nuestro planeta recibe calor del sol principalmente a través de la radiación, un proceso iniciado cuando el sol emite energía en forma de radiación electromagnética.

Esta es la razón científica por la que en el espacio exterior hace frío aunque esté cerca del Sol

En el espacio, no hay atmósfera ni materia suficiente para retener o transferir calor de manera efectiva. Mientras, en la Tierra, la atmósfera retiene el calor y lo distribuye, pero en el vacío del espacio, no hay partículas que puedan hacer eso. Esto explica que en el espacio sea especialmente frío.

Los objetos en el espacio emiten calor como radiación infrarroja. Sin una atmósfera para atraparla, esta radiación se pierde en el espacio, como en los satélites y las estaciones espaciales, que deben gestionar cuidadosamente su temperatura para evitar que se enfríen demasiado en la sombra.

Sin medios para conducir o conectar el calor, y con la radiación térmica siendo la principal forma de pérdida de calor, los objetos en el espacio pueden experimentar temperaturas muy bajas.

La temperatura en el espacio puede variar enormemente.

En la sombra, lejos de cualquier fuente de calor, la temperatura puede descender a unos -270°C (-454° Fahrenheit), cerca del cero absoluto. Sin embargo, en la luz directa del Sol, los objetos pueden calentarse a cientos de grados Celsius.

Asimismo, la temperatura en el espacio interplanetario (por ejemplo, entre la Tierra y Marte) puede ser muy baja cuando está lejos de cualquier fuente de calor, mientras que la superficie lunar experimenta temperaturas que van desde aproximadamente -173°C (-279°F) en la noche lunar hasta 127°C (260°F) durante el día lunar debido a la falta de atmósfera.