Exoplanetas

Resuelven el misterio sobre un exoplaneta muy parecido a la Tierra: malas noticias

El James Webb confirma las peores sospechas sobre el exoplaneta GJ 1132 b: este mundo rocoso, similar a la Tierra, no tiene atmósfera, un hallazgo que complica la búsqueda de vida en torno a estrellas enanas

El brutal exoplaneta que acaban de encontrar los astrónomos: "es increíblemente extraño"
El brutal exoplaneta que acaban de encontrar los astrónomos: "es increíblemente extraño"NASA

A veces, en el gran teatro del cosmos, el sospechoso habitual no es el culpable. Durante años, la comunidad científica andaba de cabeza con el exoplaneta GJ 1132 b, un mundo rocoso a unos 41 años luz de la Tierra. Las observaciones arrojaban datos contradictorios sobre si poseía o no una atmósfera, alimentando un viejo debate astronómico que parecía no tener fin. Unos instrumentos apuntaban a una densa capa de gas, mientras que otros solo veían una roca estéril orbitando su estrella cada 1,6 días. Este tipo de debates son habituales en un campo que no deja de evolucionar, con descubrimientos constantes como el de un brutal exoplaneta increíblemente extraño que pone a prueba los modelos teóricos.

De hecho, la fuente de toda esta confusión no se encontraba en el planeta, sino en su estrella anfitriona. Los análisis previos, incapaces de resolver el puzle, fueron víctimas de un espejismo cósmico. La superficie de la estrella, una enana M, está cubierta de «manchas frías» con temperaturas inferiores al resto. Estas manchas distorsionaron las mediciones de tal manera que engañaron a los astrónomos, haciéndoles creer que detectaban una atmósfera donde, en realidad, no había nada.

En este sentido, ha tenido que ser el potente ojo del telescopio espacial James Webb el que zanjara la cuestión de una vez por todas. Sus datos, de una precisión sin precedentes, han confirmado la verdadera naturaleza de GJ 1132 b: un planeta de masa y radio algo mayores que los de la Tierra, pero completamente desprovisto de cualquier atmósfera. El misterio, según ha revelado un nuevo estudio del que se hace eco el medio SciTechDaily, por fin ha quedado resuelto.

Una lección crucial para la búsqueda de planetas habitables

Asimismo, este hallazgo va mucho más allá de la simple anécdota de un planeta desnudo. Pone en seria duda la capacidad de los mundos que orbitan tan cerca de estrellas enanas M para conservar sus capas gaseosas. Lo más probable es que la intensa radiación y los vientos estelares de su sol cercano arrancaran su envoltura gaseosa hace mucho tiempo, si es que alguna vez la tuvo, dejando al descubierto su superficie rocosa. La actividad de la estrella anfitriona es, por tanto, un factor determinante para la habitabilidad, algo que sabemos incluso por la historia de nuestro sistema, pues se ha descubierto que el Sol se convirtió en una bestia ardiente en el pasado.

Por esta razón, la investigación no solo cierra un capítulo, sino que abre la puerta a una metodología más rigurosa para el futuro. Los autores del estudio proponen emplear un nuevo enfoque de análisis, conocido como «dejar uno fuera», al estudiar estrellas variables. Esta técnica permite cotejar múltiples conjuntos de datos para identificar y descartar posibles errores causados por fenómenos estelares, garantizando así una caracterización mucho más fiable de los exoplanetas que se descubran de ahora en adelante.