Tecnología científica

La revolucionaria tecnología de China que busca acabar con el consumo energético: hundir los centros de datos bajo el agua

Para atajar el enorme consumo energético de los centros de datos, una empresa china ha encontrado la solución bajo el mar. Cerca de Shanghái construye una instalación pionera que se refrigera con las corrientes para ahorrar un 90% de energía

Centro de datos chino bajo el agua
Centro de datos chino bajo el aguaChina Daily

Grandes nombres del sector tecnológico chino, como el gigante de las telecomunicaciones China Telecom, ya han apostado por una solución radical para uno de los mayores quebraderos de cabeza de la era digital. Se trata de una nueva generación de centros de datos que, en lugar de ocupar valioso suelo y consumir ingentes cantidades de energía en refrigeración, se sumergen directamente en el mar. El proyecto, ubicado cerca de la costa de Shanghái, pretende resolver de un plumazo el descomunal gasto energético de los servidores. La búsqueda de fuentes de energía capaces de soportar estas infraestructuras críticas es una constante, con proyectos que incluso intentan desatar el poder del sol en la Tierra para afrontar retos similares.

De hecho, el concepto es tan simple en su lógica como complejo en su ejecución. La idea es que las propias corrientes marinas se encarguen de disipar el calor generado por los equipos, eliminando la necesidad de los costosos y contaminantes sistemas de aire acondicionado. Este método de refrigeración pasiva promete un ahorro eléctrico formidable, con una reducción de hasta el 90 % en el consumo destinado a mantener una temperatura operativa.

Si bien la idea no es del todo nueva —Microsoft ya exploró un prototipo similar en aguas escocesas en 2018—, la iniciativa china destaca por su escala y su clara vocación comercial. La empresa desarrolladora, Highlander, ya cuenta con el respaldo de clientes de primer nivel, lo que demuestra la viabilidad que el mercado atribuye a esta tecnología, tal y como han publicado en ScienceAlert.

Riesgos que acechan bajo las olas

No obstante, sumergir una infraestructura de esta envergadura presenta obstáculos considerables. La corrosión del agua salada, la complejidad de las conexiones con tierra firme y la seguridad frente a posibles ataques con ondas sonoras son algunos de los desafíos técnicos a resolver. A esto se suma la principal preocupación medioambiental: la llamada contaminación térmica.

En este sentido, existe una inquietud real sobre el posible calentamiento del agua circundante y el impacto que podría tener en el delicado ecosistema marino local. Los expertos del sector, sin embargo, no ven esta tecnología como un reemplazo total de los centros de datos terrestres que conocemos.

Por el contrario, se perfila como una solución de nicho altamente eficiente, especialmente para zonas costeras con alta densidad de población. Para redondear su apuesta sostenible, el proyecto se alimentará en más de un 95 % de energía procedente de parques eólicos marinos cercanos, un factor que podría marcar un antes y un después en la búsqueda de un internet más verde.