
Tierra
Una supernova destruyó algunas capas de la Tierra según un equipo científico
Una potente explosión cósmica a miles de millones de años luz pudo alterar la atmósfera terrestre

Una de las explosiones estelares más potentes jamás registradas, una supernova a 1.900 millones de años luz detectada en octubre de 2022, envió una ráfaga masiva de rayos gamma que impactó la atmósfera superior de la Tierra, pese a su enorme distancia.
El fenómeno fue tan inusual y brillante que los astrónomos lo bautizaron como "BOAT", acrónimo de "Brightest Of All Time" (el más brillante de todos los tiempos), en clara referencia a la terminología del rap. Los expertos estiman que un suceso de esta naturaleza es sumamente infrecuente, con una ocurrencia de una vez cada 10.000 años. Mientras otra estrella lleva más de 800 años explotando.
El análisis de datos recientes determinó que esta ráfaga de rayos gamma (GRB) fue de tal envergadura que provocó una alteración en la atmósfera superior terrestre. Afortunadamente, los efectos fueron transitorios y la Tierra se recuperó rápidamente, sin consecuencias a largo plazo.
El impacto sobre la ionosfera
Los científicos han confirmado que la explosión de rayos gamma fue lo suficientemente potente como para reducir temporalmente la capa de ozono y modificar la ionosfera (entre 80 y 640 kilómetros de altura). Según Futurism, esta ráfaga fue la primera en demostrar la capacidad de una supernova distante para afectar la atmósfera terrestre. El doctor Pietro Ubertini, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica de Roma y coautor del estudio en Nature, declaró al New York Times que la capa de ozono "se agotó parcialmente, se destruyó temporalmente".
Afortunadamente, la capa de ozono, esencial para proteger la Tierra de la radiación ultravioleta nociva, se reparó por sí misma en cuestión de minutos tras el impacto. El doctor Ubertini calificó el suceso como "nada grave". Sin embargo, también advirtió que si la supernova que desencadenó esta ráfaga hubiese estado a una distancia más cercana de nuestro sistema solar, el impacto en la atmósfera habría sido una auténtica "catástrofe".
Las ráfagas de rayos gamma (GRB) son las explosiones más poderosas conocidas en el universo; sus efectos son notables incluso a grandes distancias. Investigaciones previas, basadas en simulaciones, ya habían concluido que una GRB originada en nuestra propia galaxia podría eliminar por completo la capa de ozono de nuestro planeta durante años, lo que desencadenaría un evento de extinción devastador.
Este último estudio marca la primera vez que se encuentra evidencia de que supernovas lejanas pueden eliminar electrones en la ionosfera. Este fenómeno impide que las moléculas de nitrógeno absorban la radiación ultravioleta nociva.
Las posibilidades de una explosión cósmica catastrófica que pudiera eliminar la capa de ozono durante períodos prolongados siguen siendo escasas. Según Eric Burns, profesor asistente de física y astronomía en la Universidad Estatal de Luisiana, la GRB que impactó el año pasado fue probablemente la más brillante desde que comenzó la civilización humana.
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