Neurociencias

¿Telepatía? Los lazos sociales nos ponen en la misma onda cerebral

De acuerdo con un experimento, la sincronización neuronal sugiere que los líderes pueden estar anticipando los estados mentales de sus seguidores.

Silicon Valley experimenta con la telepatía
Silicon Valley experimenta con la telepatíaLa RazónLa Razón

En términos científicos, la telepatía se define como “la comunicación de impresiones de cualquier tipo de una mente a otra, independientemente de los canales sensoriales reconocidos”. En algunos casos pudo haber llegado a sorprender a la ciencia y en otros se basa en dispositivos que la permiten, pero podría haber una tercera opción, la sincronización de ondas cerebrales.

De acuerdo con un estudio publicado en PLOS Biology, cuando pequeños grupos jerárquicos se unen, la actividad neuronal entre líderes y seguidores se alinea, promoviendo una comunicación más rápida y frecuente. Para los autores, liderados por Jun Ni de la Universidad Normal de Beijing, los resultados, con la ayuda de varios paradigmas rigurosos evaluados durante los últimos 70 años, respaldan la realidad de la telepatía.

Los grupos sociales suelen estar organizados jerárquicamente: las diferencias de estatus y los vínculos entre los miembros dan forma a la dinámica del grupo. Para comprender mejor cómo los vínculos influyen en la comunicación dentro de los grupos jerárquicos y qué regiones del cerebro están involucradas en estos procesos, el equipo de Ni analizó 176 grupos de tres personas (que no se conocían) mientras se comunicaban entre sí, sentados frente a frente en un triángulo. Los participantes llevaban gorras con electrodos fNIRS (espectroscopia funcional de infrarrojo cercano) para medir de forma no invasiva la actividad cerebral mientras se comunicaban entre sí. Cada grupo seleccionó democráticamente a un líder, los otros dos serían seguidores.

Después de elaborar estrategias juntos, los grupos jugaron dos juegos diseñados para poner a prueba su voluntad de hacer sacrificios para beneficiar a su grupo o dañar a otros grupos. El equipo de Ni seleccionó algunos grupos que pasaron una sesión de vinculación según sus preferencias de color, les dieron uniformes y los guiaron a través de charlas introductorias para generar familiaridad. Los grupos vinculados hablaban más libremente, con mayor frecuencia y rapidez, en comparación con los grupos que no experimentaron esta sesión de vínculo. Este efecto de vínculo fue más fuerte entre líderes y seguidores que solo entre los dos seguidores.

Al medir la actividad neuronal en dos regiones del cerebro vinculadas a la interacción social, la corteza prefrontal dorsolateral derecha (rDLPFC) y la unión temporoparietal derecha (rTPJ), descubrieron que las ondas cerebrales estaban alineadas en estos grupos. Los autores afirman que esta sincronización neuronal sugiere que los líderes pueden estar anticipando los estados mentales de sus seguidores durante la toma de decisiones en grupo, aunque reconocen que sus hallazgos se limitan a los individuos chinos del este de Asia que se comunican a través de mensajes de texto (sin señales no verbales) y cuya cultura enfatiza cohesión grupal y compromiso hacia los líderes del grupo.

“El vínculo social – concluyen los autores- aumenta el intercambio de información y la sincronización neuronal prefrontal de forma selectiva entre individuos con diferentes estatus sociales, proporcionando una posible explicación neurocognitiva de cómo el vínculo social facilita la estructura jerárquica de los grupos humanos".