Genética

Tiene 9.000 años, y su especie está extinta, pero está tan bien conservado que quizás puedan resucitarlo

La ciencia trabaja ya para clonar a un bisonte extinto tras el hallazgo en Siberia de un ejemplar de 9.000 años, cuyo excelente estado de conservación en el permafrost abre la puerta a su resurrección

En este cuadro de 1860 parece que una joven lleva un teléfono móvil, pero el misterio se resolvió desvelando la verdad
En este cuadro de 1860 parece que una joven lleva un teléfono móvil, pero el misterio se resolvió desvelando la verdadMammoth Museum

El permafrost de Siberia, esa inmensa cápsula del tiempo helada, ha vuelto a sorprender a la comunidad científica. Los restos de un bisonte extinto hace milenios han sido hallados, generando un notable interés por su extraordinario estado de conservación. El espécimen, cuya antigüedad se estima entre 8.000 y 9.000 años, fue descubierto durante el verano de 2022 en la remota región de Verkhoyansk.

El hielo ha preservado de manera casi intacta la cabeza del animal, junto a sus extremidades anteriores y una parte del pecho. Los primeros análisis han revelado que se trataba de un individuo muy joven, que tendría entre un año y medio y dos años en el momento de su muerte. Estas condiciones de congelación casi perfectas han mantenido sus tejidos blandos en un estado que abre una ventana única al pasado prehistórico de esta gélida región del planeta.

Por ello, un equipo de científicos del Laboratorio del Museo Mammoth ya se ha puesto manos a la obra con los restos, tal y como informa Urbantecno. Los investigadores están llevando a cabo una autopsia minuciosa con el objetivo de extraer muestras biológicas de un valor incalculable. Entre el material que se espera recolectar se encuentran fragmentos de piel, lana, músculos e incluso el cerebro del animal, algo excepcionalmente raro. El análisis de estos elementos permitirá reconstruir no solo la biología del bisonte, sino también el ecosistema en el que vivía. Esta clase de investigación genética es cada vez más frecuente, como demuestran los recientes descubrimientos sobre el ADN de los antiguos egipcios, que sigue revelando detalles inéditos sobre civilizaciones pasadas.

De hecho, este hallazgo no es un hecho aislado. La región siberiana se ha convertido en las últimas décadas en un auténtico tesoro para los paleontólogos. El deshielo progresivo del permafrost, acelerado por el cambio climático, está sacando a la luz restos de fauna prehistórica que han permanecido ocultos durante milenios, como los famosos mamuts lanudos o los rinocerontes de la misma era. De hecho, la paleontología no deja de sorprendernos con hallazgos de épocas muy diversas, como el de un animal que vivió hace 280 millones de años y que amplía nuestro conocimiento sobre la vida prehistórica.

La posibilidad de devolverlo a la vida

Sin embargo, la ambición del proyecto científico va mucho más allá del simple análisis de los restos. La excelente calidad del material genético conservado en el bisonte ha reavivado una vieja aspiración entre los investigadores: la clonación de especies extintas. Aunque es una meta todavía lejana y llena de desafíos técnicos y éticos, cada hallazgo de este tipo acerca un poco más esa posibilidad.

En este sentido, el camino para resucitar al bisonte estepario es complejo. El proceso requeriría no solo obtener una secuencia completa y viable de su ADN, sino también encontrar una especie actual emparentada, como el bisonte europeo o el americano, que pudiera actuar como madre subrogada para un embrión clonado. A pesar de los obstáculos, la esperanza reside en que la tecnología genética siga avanzando para, quizás algún día, ver de nuevo a esta criatura poblando la Tierra.