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Ciencia

¿Tienes un horario para ir a hacer tus necesidades? Eso dice mucho sobre tu salud

Un estudio reciente sugiere que la frecuencia con la que una persona evacúa el intestino podría ofrecer pistas importantes sobre su estado de salud general

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La frecuencia con la que una persona realiza sus evacuaciones intestinales es un aspecto íntimo de su vida cotidiana. Sin embargo, un reciente estudio científico ha puesto el foco en este hábito, sugiriendo que podría ser un indicador relevante del estado general de salud de un individuo.

La investigación, que analizó a 1.425 personas consideradas en general sanas, buscó establecer vínculos entre la periodicidad de las deposiciones y diversos marcadores de salud. Se tuvieron en cuenta datos demográficos, genéticos y análisis bioquímicos.

Los resultados preliminares de este trabajo apuntan a que tanto una frecuencia demasiado baja como una demasiado alta podrían estar asociadas a distintos problemas subyacentes. Por el contrario, se identificó un rango que se correlacionaba con los participantes más saludables del grupo.

Vínculos directos con la salud

Tal y como recoge el medio Sciencealert, el estudio clasificó a los participantes por su frecuencia de evacuación, desde uno o dos movimientos a la semana (estreñimiento) hasta cuatro o más diarios (diarrea). Aquellos con menor frecuencia intestinal mostraron en sus análisis de heces una mayor presencia de bacterias asociadas a la fermentación proteica. Este proceso, si las heces permanecen mucho tiempo en el intestino, puede generar toxinas. En las muestras de sangre de estos participantes se halló notablemente enriquecido un metabolito llamado sulfato de indoxilo, conocido por su potencial para dañar los riñones, lo que sugiere una posible relación causal.

Por otro lado, los participantes que informaron de evacuaciones muy frecuentes o diarrea (cuatro o más al día) presentaron características bacterianas distintas. En sus muestras fecales se encontraron más bacterias habituales del tracto gastrointestinal superior. Además, sus análisis de sangre revelaron biomarcadores que los investigadores vincularon con indicadores de daño hepático.

El estudio también destacó las características del grupo considerado con una frecuencia "normal-alta", es decir, aquellos que informaron de entre una y tres deposiciones diarias. Estos participantes, considerados los más saludables del estudio, reportaron hábitos de vida específicos. Consumían más fibra, bebían más agua y realizaban más ejercicio físico que los otros grupos.

Los autores sugieren que estos hallazgos podrían tener implicaciones importantes para la monitorización de la salud general, incluso en poblaciones que se consideran sanas. La regularidad intestinal, más allá de ser un síntoma de malestar puntual, podría servir como una señal de alerta temprana sobre posibles problemas subyacentes.