Cultura
El Palau de la Música de Valencia seguirá en silencio al menos hasta 2022
El pasado 29 de junio parte del techo de la sala Joaquín Rodrigo se desprendió de madrugada sin causar daños personales y obligó a trasladar la programación a otras salas
El Palau de la Música de Valencia, un icono cultural de renombre internacional desde 1987, cumplió ayer seis meses cerrado al público por problemas estructurales mientras el Ayuntamiento hace encaje de bolillos al reubicar toda su programación y teme que no reabra sus puertas hasta, al menos, 2022.
El pasado 29 de junio, parte del techo de la sala Joaquín Rodrigo se desprendió de madrugada sin causar daños personales y obligó ya al Ayuntamiento a trasladar la programación a otras dos dependencias dentro del mismo auditorio mientras los técnicos descartaban que guardara relación con las goteras que ya sufrió en noviembre de 2018 la sala Iturbi, la de mayor capacidad del Palau de la Música.
Desde entonces, todo ha ido mal. La oposición no ha dejado de arremeter contra el equipo de gobierno al acusarle de haber abandonado al Palau a su suerte, sin invertir lo suficiente en su mantenimiento, y Compromís y PSPV se han defendido recordando decisiones polémicas de la etapa del PP que han terminado afectando a uno de los edificios más icónicos de València.
El auditorio, que se erige orgulloso desde hace 32 años en el antiguo cauce del Turia, en pleno paseo de la Alameda y mirando de reojo al Palau de les Arts -en otra época, su «rival» musical directo- de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ha visto desde julio como todos sus conciertos se iban reubicando: a la propia ópera y a teatros y auditorios de la ciudad, pasando por los jardines e incluso a sedes culturales de otros puntos de la Comunitat. Lo que parecía que iba a ser algo temporal ha terminado por aflorar problemas más graves.
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