Los consumidores exigen que la Administración acabe con el precio abusivo de las mascarillas

Las mascarillas y los guantes son ya prácticamente un producto de primera necesidad, y lo serán aún más si el Ministerio de Sanidad decreta finalmente que todo el mundo tenga que utilizar estas protecciones para salir a la calle. Por el momento son necesarias para aquellas personas enfermas, para los sanitarios y para aquellas personas de alto riesgo y sus familiares. Unos colectivos que en estos momentos ya están adquiriendo las mascarillas por precios desorbitados.

“La típica mascarilla de tres capas que antes valía menos de un euro, ahora cuesta entre diez y veinte euros, estamos hablando de un abuso absoluto”, denuncia el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores (Avacu), Fernando Móner, quien apunta que precisamente ayer enviaron desde la organización una carta al Ministerio de Consumo para que tome cartas en el asunto y cree una Comisión en el seno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para tratar estos abusos.

La misma misiva se envió también a la Generalitat valenciana. “Nos consta que se están haciendo cosas, pero exigimos que se apliquen de manera inmediata”, apunta Móner.

El farmacéutico no es el culpable

Desde Avacu señalan que la culpa no es del farmacéutico, quien posiblemente ha pagado ya un precio muy caro por esos productos, por lo que hay que poner el foco en los intermediarios o en aquellos que hicieron acopio de mascarillas viendo que había posibilidad de negocio.

Por ello, aconsejan a los boticarios que guarden los albaranes en los que se demuestra que ellos también han pagado un precio muy alto y que se han visto obligados a repercutirlo en la venta final. A los consumidores les piden que comuniquen dónde han comprado las mascarillas y a qué precio. “Aunque ahora no pongan una denuncia, es una información que en algún momento será de utilidad”.

Por supuesto, Móner subraya que no hay que dejar de adquirir estos productos, puesto que ahora lo más importante es protegerse, a uno mismo y a los demás, pero sí tomar medidas para cuando sea necesario buscar responsables.