Coronavirus

La “cola del hambre”. Cada vez más personas “bien vestidas” pidiendo comida en Valencia

Las religiosas han duplicado el reparto de bocadillos desde que comenzó la pandemia. “Es gente que tiene casa, pero no tiene para comer”

A las 13 horas, las religiosas abren las puertas de su casa, en la calle San José de la Montaña, 15, de Valencia, para repartir bocadillos a las personas necesitadas
A las 13 horas, las religiosas abren las puertas de su casa, en la calle San José de la Montaña, 15, de Valencia, para repartir bocadillos a las personas necesitadasLa RazónLa Razón

Más de 60 personas esperan turno cada día para recoger bolsas de alimentos de las religiosas de la orden de la Madre de Desamparados a las puertas de su Casa General en Valencia, una “cola del hambre” en la que, según informan estas monjas, “hasta ahora venía gente de la calle, pero en estos momentos hay personas bien vestidas, que tienen casa, pero no para comer”.

La congregación de religiosas Madres de Desamparados y San José de la Montaña ha aumentado el reparto de comida a las puertas de la iglesia de su Casa Generalicia en Valencia ante la “gran cantidad de personas sin recursos” que esperan turno cada día para recoger bolsas de alimentos.

Así, “de las 30 personas que atendíamos aproximadamente al inicio de la pandemia, ahora ya son más de 60 las que se acercan cada día a las 13 horas”, según indican.

Todos los días, desde hace más de 50 años, a las 13 horas, las religiosas abren las puertas de su casa, en la calle San José de la Montaña, 15, de Valencia, para repartir bocadillos a las personas necesitadas, pero ahora esta labor ha aumentado ante la “gran necesidad de las familias”.

Las religiosas reparten también comidas preparadas por la ONG del chef español José Andrés, “World Central Kitchen”, que ha abierto cocinas en diversas ciudades españolas para luchar contra el hambre en medio de la pandemia del coronavirus, así como ensaladas y bocadillos con fruta y algo de dulce, gracias a la colaboración del Banco de Alimentos, y donaciones de particulares y supermercados.

Asimismo, las Madres de Desamparados siguen repartiendo ropa.