Pandemia
El precio de la vivienda no se desplomará pese a la pandemia
Según un informe de la Universidad de Alicante
Los precios de las viviendas no experimentarán grandes variaciones a finales de 2020 pese a la pandemia y tampoco tendrán caídas bruscas a corto plazo, según los expertos, analistas de sociedades de tasación y profesionales del sector inmobiliario congregados en el XII Observatorio de la Valoración.
Un informe elaborado por la responsable de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante (UA), Paloma Taltavull, y presentado este viernes revela que habrá un crecimiento de los precios a ritmos bajos (inferiores al 2 por ciento) durante el segundo y tercer trimestre de 2020 y una “muy leve” caída (0,23 por ciento) en el cuarto trimestre.
La profesora advierte de un nuevo repunte a partir del inicio de 2021. Este pronóstico se ha obtenido tras introducir en el modelo un hipotético escenario económico resultante de la crisis sanitaria, que se tendrá que ir confirmando o revisando en los próximos trimestres.
Pero no todos los expertos del citado Observatorio, organizado por la Asociación de Análisis de Valor (AEV), comparten esta visión. Este grupo (más del 50 por ciento) estima que aunque en 2020 los precios podrían experimentar caídas muy moderadas o incluso una relativa estabilidad, la recuperación será mucho más tardía.
Consideran que durante 2021 "seguirán experimentándose ajustes" en los precios por razones macro y microeconómicas, tales como la recesión global, la caída del empleo, la paralización del volumen de transacciones y la derivación de los recursos y ayudas públicas a otros sectores más afectados por el confinamiento.
Con respecto al alquiler residencial, el 85 por ciento de los expertos califica como “bastante probable” que en los próximos meses descienda ligeramente el interés de los inversores por este tipo de arrendamientos.
Lo justifican por el previsible aumento del nivel de paro, la ralentización en la llegada de demanda extranjera, la posible reducción de la movilidad estudiantil y la pérdida de capacidad adquisitiva de la demanda, que conllevarían un ajuste en las rentas y también en las rentabilidades.
Otra de las conclusiones de la mayoría de los ponentes en el foro indica que la producción de vivienda, que ya tendía a la baja a finales de 2019, intensificará la caída por la crisis de la COVID-19 justificada por la "debilidad de la demanda".
Durante el debate se trató un efecto que ha surgido en la pandemia llamado "precaución", que según los expertos se va a instalar entre los consumidores en un contexto de recesión económica.
Añaden que favorecerá la preferencia por el alquiler frente a la compra, lo que tenderá a reforzar el modelo "comprar para alquilar" después, con unos precios que se ajustarán de forma mucho más moderada que los de venta.
La autora del informe cree, además, que debido a la desaparición de los visitantes esporádicos y turistas se podría llegar a abrir una oportunidad de acceso a una vivienda "que resolviese, quizás temporalmente, algunos problemas de accesibilidad".
Esta idea fue respaldada por un 53 por ciento de los expertos internos y un 30 % de los externos, quienes entienden que la conversión de una parte del parque de vivienda turística en vivienda de alquiler de largo plazo podría, en los núcleos de mayor tamaño, hacer aumentar la oferta de alquiler y presionar a la baja las rentas facilitando el acceso de la demanda a una vivienda.
La secretaria general de la AEV, Paloma Arnaiz, concluye que “afortunadamente este ‘shock’ externo ha aterrizado sobre un sector mucho más fuerte, profesionalizado y financieramente saneado, por lo que sus efectos serán sensiblemente más suaves que los de la crisis precedente.”
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