Verano

La otitis de nadador, la infección más habitual en verano

Los especialistas recomiendan secarse los oídos e inclinar la cabeza para drenar el conducto

Dudas y más dudas sobre la anexión a cuatro días del plazo
El agua de la playa, ríos o pantanos no siempre esta limpia. Tampoco la de las piscinasALAA BADARNEHEFE

La otalgia es el dolor intenso en el oído y el síntoma más frecuente de la otitis externa difusa del verano, también conocida como “otitis del nadador”, una dolencia que suele ir acompañada de una disminución de la audición y la supuración.

Según la Asociación de Pediatría Española (APE) entre un 80 y un 90 por ciento de niños ha sufrido algún caso de otitis durante su infancia, aunque los adultos con escaso cerumen, los que padecen problemas de la piel o quienes tienen conductos estrechos “son también muy propensos a padecer esta patología”, afirma Lucas Fito, otorrino del hospital Vithas Valencia Consuelo.

Según afirma Lucas Fito en un comunicado, cualquier desequilibrio en la flora cutánea del conducto auditivo externo puede originar una infección que de no ser tratada correctamente puede extenderse a territorios vecinos y complicarse.

La ‘otitis del nadador’, según el especialista, es la patología otorrinolaringológica más habitual durante la época estival ya que se pasa mucho tiempo con la cabeza sumergida en el agua (no siempre limpia) de playas, ríos y sobre todo piscinas.

Además, el calor, la humedad y el resto de líquido que queda en el oído tras el baño “son el caldo de cultivo perfecto para que determinadas bacterias y en ocasiones hongos produzcan infecciones”.

Generalmente, cuando se examina una otitis externa aparece el típico signo del trago. “En ocasiones comienza con pinchazos esporádicos y otras es muy intenso y continuo”, comenta el especialista.

Agrega que el trago “es la protuberancia de cartílago que existe por delante de la entrada del conducto auditivo externo, si presionamos sobre ella o si tiramos la oreja hacia atrás el dolor se intensifica”.

Otro de los signos que se pueden observar es el enrojecimiento del conducto, también el picor interno o la supuración y la disminución de la audición, y aunque la fiebre no es un síntoma habitual, en caso de existir debe ser valorado por especialista para saber si la otitis se ha complicado extendiéndose a zonas adyacentes.

El tratamiento debe prescribirlo el médico y suele ser tópico con gotas mezcla de antibióticos y corticoides que se aplican directamente sobre el oído afectado además de analgésicos para calmar el dolor. Además, es imprescindible evitar mojar el oído durante una semana aproximadamente.

En caso de que la otitis esté causada por hongos, el tratamiento adecuado son los antifúngicos junto con la aspiración periódica de las secreciones del oído.

El especialista recomienda secarse los oídos suavemente con una toalla e inclinar la cabeza para drenar toda el agua de los oídos después de cada baño y, en personas propensas a la infección, se aconseja el uso de tapones a medida, bandas de neopreno o gorro para el baño.

Por último, desaconseja el uso de bastoncillos, que eliminan la capa de cerumen que protege al oído de impurezas y patógenos y pueden producir heridas que son puerta de entrada para infecciones.