Cultura
El Museo Mariano de la Virgen de los Desamparados renueva su colección
Exhibe el crespón negro confeccionado para el luto oficial y una obra de 1871 del artista valenciano Antonio Bergón López
El Museo Mariano de la Basílica de la Virgen de los Desamparados (MUMA) expone desde esta semana el crespón negro que lució la imagen de la Virgen durante un mes en señal de duelo por los fallecidos por el coronavirus.
El crespón negro, un lazo de tela con pedrería confeccionado por la Camarera de la Virgen de los Desamparados, es el que lució la imagen principal de la patrona de Valencia desde el 7 de mayo hasta el 6 de junio pasados como signo de duelo por las personas fallecidas por la pandemia, y que fue retirado al finalizar los diez días de luto oficial decretados en España.
Igualmente el MUMA exhibe desde ahora una obra de 1871, titulada “Cuadro-exvoto de la Virgen de los Desamparados”, del artista valenciano Antonio Bergón López (1833-1892), que incorpora una “antigua cruz de madera y metal con veinte reliquias de santos”, según explica María Ángeles Gil, directora del MUMA.
La pintura escenifica “la curación del magistrado Francisco Escolano por intercesión de la Virgen de los Desamparados” y en ella están representados la propia Virgen, el enfermo y sus familiares.
En la obra se hace constar que el cuadro fue bendecido en 1872 por el entonces Arzobispo de Valencia, don Mariano Barrio Fernández, quien “concedió ochenta días de Indulgencia Plenaria cada vez que los fieles rezasen o realizasen un acto de fe ante la imagen de la Virgen de los Desamparados representada en el cuadro”.
Exvotos en la colección del MUMA
Además, el Museo Mariano expone en su colección otros dos exvotos pintados, Consagración de un nieto de don José Juliá Montpalau a la Virgen de los Desamparados y el venerable Gaspar Bono y una niña en un milagro de la Virgen de los Desamparados.
El primero, un lienzo de Miguel Jordán de 1735 de gran tamaño, decoró el Camarín de la Virgen hasta su renovación en el siglo XIX, y fue encargado por el mecenas José Juliá Montpalau como ofrenda a la Virgen de los Desamparados por la curación de su hijo Pascual. Ambos personajes, junto a otros, aparecen en una escena presidida por la Virgen de los Desamparados.
El segundo cuadro, anónimo de finales del siglo XVIII, muestra la curación de una niña, situada junto al Beato Gaspar Bono (1530-1604), que “tiene la característica de estar representada con la cabeza al revés”. La obra fue restaurada por la Universidad Politécnica de Valencia 2001.
Existe una gran variedad de exvotos, que son “ofrendas que realizan los fieles a Dios, a la Virgen o a los santos como recuerdo o promesa”. Los exvotos pintados “tienen la particularidad de que en ellos hay un protagonista que cuenta una historia” y a través de la pintura o el dibujo “se refiere al hecho sobrenatural que quiere comunicar”. El objetivo de los exvotos como expresión visual es “mostrar la devoción y el agradecimiento”.
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