Sucesos
Una vecina del niño estrangulado oyó un golpe fuerte unos días antes de la paliza
La tía del presunto autor del estrangulamiento defiende al acusado, “lo quería como a un hijo”
Una vecina del niño de dos años y medio que falleció estrangulado en septiembre de 2018 en Elche (Alicante) a manos, presuntamente, de su padrastro ha relatado hoy al jurado popular que enjuicia los hechos que unos días antes de la paliza al pequeño Aarón escuchó que lloraba y también un golpe que le pareció “un guantazo”.
Este testimonio se produce en la segunda sesión del juicio que se sigue en la sede ilicitana de la Audiencia Provincial de Alicante, en un juicio en el que están acusados la madre biológica, Cristina J.M., y su entonces pareja, José Antonio P.V., españoles de 29 y 27 años,para quienes la acusación particular del padre y la abuela paterna piden la prisión permanente revisable.
La vecina ha relatado que escuchó “un golpe fuerte, como un golpeo contra algo” o un “guantazo”, y que “el pequeño Aarón “lloró muy fuerte y a continuación se hizo el silencio”.Esta mujer ha continuado que la pareja y el niño no eran muy conocidos por el barrio ni por el edificio, porque “apenas se les veía”.
En la sesión también ha prestado declaración una tía del presunto autor del estrangulamiento, que ha asegurado que veía casi a diario a los acusados y a Aarón y que “nunca” vio nada raro.A su parecer, “lo cuidaban muy bien y Aarón era un niño feliz” y ha llegado a decir que el acusado, José Antonio P.V., “estaba muy implicado en la crianza de Aarón, y lo quería como a un hijo”.
En todo caso, ha recalcado que nunca vio marcas o hematomas en la piel del niño y ha agregado que, como madre, si esto hubiera ocurrido habría actuado.
El fiscal pide 28 años de prisión por unos hechos ocurridos el 13 de septiembre de 2018 en el domicilio familiar de la calle Manuel Ruiz Magro de la ciudad ilicitana.
El pequeño Aarón falleció cuatro días después en la UCI pediátrica del Hospital General de Alicante a consecuencia del estrangulamiento, y posteriormente se determinó que tenía cicatrices que confirmarían que había sido objeto de maltrato habitual.
El ministerio público pide 25 años de cárcel tanto para el autor material como para la madre biológica (ésta por participar o consentir), y también tres años más por maltrato habitual, mientras que las acusaciones añaden la petición de prisión permanente revisable, en un juicio que está previsto que se prolongue hasta el viernes.
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