Valencia

Cómo lograr que Vodafone incremente la renta que recibe tu comunidad de vecinos

Una empresa descubre una incidencia que obliga a la operadora a pagar más por el alquiler de azoteas

Solitel es una empresa especializada en comunicaciones
Solitel es una empresa valenciana especializada en el asesoramiento de contratos de alquiler de azoteasLa RazónLa Razón

Solitel, una empresa valenciana especializada en el asesoramiento de contratos de alquiler de azoteas para antenas de telefonía móvil, ha descubierto una incidencia que puede obligar a Vodafone a incrementar sustancialmente la renta a las comunidades de vecinos.

Prácticamente la totalidad de los contratos que la operadora tiene suscritos en España podrían verse beneficiados por un cambio provocado tras la decisión de la compañía de desprenderse de su negocio de antenas para quedarse únicamente con la gestión comercial.

Alrededor de un centenar de comunidades de vecinos ya se han puesto en contacto con Solitel después de recibir una carta de la operadora en la que se les propone modificaciones perjudiciales en su contrato. El gerente de Solitel, Francisco Niederleytner, recomienda solicitar asesoramiento especializado ante cualquier comunicación que implique cambios con respecto al acuerdo firmado. “Las comunidades tienen mucho que ganar sin arriesgar nada”, apunta Niederleytner.

Esta empresa valenciana lleva más de dos décadas defendiendo los derechos de las comunidades de propietarios que, en demasiadas ocasiones, ven como las compañías de telefonía móvil abusan de los contratos suscritos para instalar sus antenas en sus azoteas. El subarriendo a otras operadoras o la ampliación de los aparatos que figuran en el contrato inicial son las prácticas más comunes y que esta compañía de ingenieros de telecomunicación puede detectar con una inspección.

En la última victoria en los tribunales, una comunidad de propietarios del Puerto de Sagunto (Valencia) ha logrado que un juez obligue a Orange a desmontar parte de su estación de telefonía de su azotea y a ceñirse a lo estipulado en el contrato.

Orange firmó con los vecinos un contrato en 1999 para instalar una estación de telefonía móvil. Acordaron que ocuparía 15 metros cuadrados de superficie, pero con el tiempo acabó ampliándolo al doble y compartiendo con dos operadoras más a espaldas de la comunidad. Ni informó y por supuesto, ni incrementó la renta, a pesar de que en el contrato solo constaba que allí estaba instalada una operadora.