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Europa es una oportunidad para emprender e innovar en 2021

Enisa, empresa adscrita al Ministerio de Industria Comercio y Turismo, facilita el emprendimiento y la innovación mediante préstamos participativos

José Bayón, CEO de Enisa
José Bayón, CEO de EnisaLa RazónLa Razón

Enisa es una empresa 100 por ciento pública, adscrita al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo nacida para dar apoyo financiero a la pyme. Este apoyo se concreta en la concesión de préstamos participativos que no requieren garantías ni avales y no diluyen capital. Se conceden principalmente a dos tipos de empresa: las que están en sus primeras etapas y, por tanto, tienen dificultades para acceder a financiación y las pymes que, aunque ya crecen, no consiguen financiación para sus proyectos por otras vías.

Conceden hasta un máximo del 50 por ciento de la inversión necesaria para un proyecto, de manera que generan un efecto multiplicador al arrastrar capital privado hacia el emprendimiento y la innovación.

Aunque Enisa nace en 1982, es a partir de 2003 cuando se centra en conceder préstamos participativos a startups y empresas innovadoras. Desde entonces ha dado más de 1.000 millones de euros a más de 6.000 empresas en unos 7.000 préstamos.

Si tenemos en cuenta que se conceden alrededor de un tercio, significa que Enisa ha analizado unas 20.000 solicitudes de financiación, por lo que conocen como nadie el tejido del emprendimiento.

Es por esto que, cuando conceden un préstamo, su valoración de esa empresa es muy tenida en cuenta por bancos, business angels y otras fuentes de financiación como una especie de efecto certificador.

Clientes de Enisa

Entre sus clientes hay nombres como Wallapop, Cabify, Alvalle, Privalia, Glovo o MásMóvil, que han contado con financiación de Enisa para arrancar sus proyectos y que han llegado a consolidarse de una forma muy clara en sus mercados.

Enisa actúa desde la óptica del instrumento público. Es decir, asume más riesgo que los entes privados al no pedir avales ni garantías, que es un punto muy atractivo para un proyecto que comienza.

También acuden a Enisa empresas consolidadas, porque sus préstamos no diluyen capital y así el emprendedor no pierde el control de su compañía. No sucede aquello de “yo te presto pero parte de tu empresa es mía”.

En cuanto a los intereses, cobran un tramo fijo y uno variable en función de los beneficios, lo que les sitúa a medio camino entre la deuda y el capital.

Otra ventaja importante, más si cabe en esta etapa de alto endeudamiento, es que sus préstamos no computan como deuda en el Banco Central y ofrecen períodos de carencia muy grandes. En algunas líneas pueden llegar incluso a los 8 o 9 años, un margen importantísimo para que una empresa pueda generar negocio.

El informe de impacto de Enisa sobre sus últimos 15 años de gestión deja claro el efecto positivo sobre el empleo y la riqueza, ya que las empresas analizadas consiguieron generar un 48 por ciento más de empleo y aumentaron en un 81 por ciento sus activos totales en relación a antes de recibir los préstamos. Más allá del dato cuantitativo, que es muy bueno, destaca el valor crítico que representa para la sociedad.

Otro punto importante es el efecto que consigue al arrastrar capital privado hacia la innovación. España es un país que tradicionalmente ha tenido falta de este tipo de capital para el desarrollo de nuevas ideas y empresas.

Con los préstamos Enisa, por cada euro público que presta se muevan ocho euros de capital privado hacia estas iniciativas. Esto nos afecta como país, ya que se desarrollan empresas y sectores realmente nuevos, que avanzan en un mejor modelo productivo, más sostenible y competitivo. Es la semilla de compañías que terminan convirtiéndose en referentes.

La generación 2020

2020 posiblemente marque a una generación. Esta crisis, a diferencia de otras anteriores, se caracteriza por tres aspectos: es coyuntural, asimétrica, ya que afecta de manera muy desigual a los diferentes sectores, y ha tenido una respuesta por parte Europa que no tiene precedentes.

Es muy profunda, pero sabemos que va a pasar desde el momento que se inicia. Aunque todavía no sabemos qué consecuencias va a tener, la respuesta europea hay que verla como una oportunidad que acelera los dos grandes vectores de cambio de nuestro tiempo: la revolución digital y la transformación ecológica.

“En Enisa vemos como empresas más avanzadas en este terreno tienen menos dificultades que otras de corte más tradicional, que todavía no han dado pasos claros en este sentido. Tenemos que dar todo el combustible que podamos para ayudar al cambio de modelo productivo”.

En 2021 vamos a reforzar el apoyo al emprendimiento en coordinación, no solo con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo sino con otras áreas clave como la agricultura, el emprendimiento femenino, o la movilidad sostenible, que son algunos de los principales retos sociales que plantea Europa. y que también son una oportunidad de negocio”.