Tribunales

Piden seis años por asaltar a un amigo para que le trasfiriera ocho millones en bitcoins

Una llamada al telefonillo abortó el asalto de los ladrones

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La Fiscalía solicita inicialmente una pena de seis años de prisión para un hombre de origen ruso acusado de organizar el asalto a la vivienda de un compatriota con el que mantenía una relación de amistad para forzarle a que hiciese una transferencia de 300 bitcoins, lo que equivaldría a una suma de más de 8,7 millones de euros.

El procesado, de 39 años, se sienta mañana miércoles, 3 de febrero, en el banquillo de los acusados ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Alicante para ser juzgado por un delito de robo con violencia, en concurso con una presunta detención ilegal y otro delito leve de lesiones.

Los hechos ocurrieron el 16 de agosto de 2019. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado orquestó el asalto a la vivienda de su conocido, junto a otras tres personas no identificadas con las que se puso de acuerdo para que accediesen al domicilio de la víctima, situada en el distrito de Playa de San Juan de la ciudad de Alicante.

Para ello, se valieron de la llave que la propia víctima le había facilitado al acusado previamente.

Así, según el relato de la Fiscalía, esos tres individuos esperaron en el interior del domicilio hasta que llegó su propietario. En ese momento, lo abordaron y se abalanzaron sobre él hasta reducirlo y conseguir atarlo a una silla con una cinta adhesiva.

A partir de entonces, comenzaron a golpearle por todo el cuerpo, al tiempo que lo amenazaban con el propósito de que les facilitase la clave necesaria para poder acceder a la plataforma en la que operaba con la criptomoneda y, así, poder realizar la transferencia de bitcoins.

Al comprobar que la víctima se resistía, realizaron una llamada a otra persona que continuó amenazándole por teléfono para que les facilitase esa contraseña. Entre otras amenazas, según la Fiscalía, los asaltantes llegaron a advertir a la víctima de que matarían a su madre, tras hacerle saber que conocían su dirección en la ciudad de San Petersburgo.

No obstante, en ese momento se produjo una llamada en el interfono de la vivienda, lo que llevó a los tres asaltantes a abandonar el domicilio para no ser advertidos.

Antes, sustrajeron 300 euros que la víctima portaba en el bolsillo y la dejaron atada en la silla en la que permanecía postrada, hasta que pudo liberarse.