Cultura

Goya y Picasso, la maestría de dos genios unida en el tiempo

Fundación Bancaja recoge una muestra que recoge la presencia del legado del aragonés en la producción de Picasso

Más de 200 obras, en su mayoría grabados, revisan, en la exposición "Goya en la mirada de Picasso", la influencia que el ideario de Goya tuvo en la producción del artista malagueño a lo largo de toda su vida
Más de 200 obras, en su mayoría grabados, revisan, en la exposición "Goya en la mirada de Picasso", la influencia que el ideario de Goya tuvo en la producción del artista malagueño a lo largo de toda su vidaKai FörsterlingAgencia EFE

Fundación Bancaja presentó la semana pasada su sede en Valencia la exposición «Goya en la mirada de Picasso. Grabadores», una muestra organizada con la participación de Fundación Ibercaja que se centra en la presencia del legado de Francisco de Goya en la producción de Pablo Picasso a través de la faceta como grabadores de estos dos creadores.

La exposición, que se podrá visitar hasta el 25 de julio, se realiza en el marco del 275 aniversario del nacimiento de Goya. La muestra ofrece una selección de más de 250 obras, en su mayoría grabados, que junto con pinturas, fotografías y audiovisuales, confrontan la obra de estos dos nombres universales de la historia del arte y profundizan en la influencia que el ideario de Goya tuvo en la producción de Picasso y en cómo evoluciona a lo largo de toda su vida: copias y remedos en sus años de juventud; e inspiración, referencias e interpretaciones en su plenitud; y siempre bajo un mismo espíritu de identificación y rivalidad.

La muestra se organiza en cuatro ámbitos: «Mirada de juventud», que recoge la producción más temprana de Picasso ya inspirada por la obra de Goya tras descubrirlo por primera vez en 1895 en una visita al Museo del Prado; «El sueño de la razón produce monstruos», en el que conviven grabados de Goya en su etapa madura -cuando su faceta como grabador adquiere más fuerza- con la obra gráfica de Picasso de principios de los años 30; «La Tauromaquia como fiesta», un espacio con la corrida de toros como protagonista, pasión que compartían ambos artistas; y «Goya en los textos de Picasso», que pone de relieve el alcance del impacto de Goya en la obra de Picasso, que cita al aragonés no solo en sus pinturas o dibujos, sino también a través de sus textos y poemas de los años 50.

La selección de obras permite contemplar piezas de las series de Francisco de Goya: los Desastres de la guerra, la Tauromaquia, los Disparates, y los Caprichos. Junto a ellas, se muestran obras de Pablo Picasso que pertenecen a series como la Suite Vollard y Sueño y mentira de Franco, a las que se suman grabados y linóleos independientes, y ejemplares de libros ilustrados como Metamorfosis, Toros y toreros, Carmen des Carmens, A los toros con Picasso o El carnet de la tauromaquia.

El recorrido incluye también la proyección de audiovisuales: el film Le Mystère Picasso (El misterio de Picasso), de 1956, producido por Filmsonor con guion de Henri-Georges Clouzot y Pablo Picasso; Guernica, película de 1949 realizada por Robert J. Flaherty por encargo del MoMa de Nueva York; Las variaciones Guernica, escrita y dirigida por Guillermo G. Peydró en 2012; un audiovisual producido por Fundación Bancaja sobre el grabado Minotauromaquia de Picasso; y un audiovisual producido por el Museo Goya. Colección Ibercaja- Museo Camón Aznar, en el que se repasa la vida y obra de Goya.

A estas imágenes se suma la reproducción de las fotografías del Reportage sur l’evolution de Guernica (1937), tomadas por Dora Maar durante la ejecución del cuadro en el estudio de Picasso en Paris; y un reportaje sobre el proceso de creación de La Tauromaquia de Picasso, realizado por David Douglas Duncan en La Californie en 1957.

La exposición ha sido posible gracias a la colaboración del Museo Goya. Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar, el Museu Picasso de Barcelona y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que han cedido obras a esta exposición a las que se suman las procedentes del patrimonio artístico de la Fundación Bancaja, que cuenta con una de las colecciones más extensas de obra gráfica del pintor malagueño y que ofrece la oportunidad en este proyecto de conocer algunas piezas inéditas.

Con motivo de la exposición se presentará un catálogo con la reproducción de las obras acompañadas de textos de la comisaria, Lola Durán, y de los expertos Salvador Haro y Rafael Inglada. Además, dentro del programa de mediación cultural, se realizarán visitas guiadas y talleres didácticos en residencias para personas mayores con movilidad reducida.

Ampliación del contenido

La obra grabada de Francisco de Goya se considera una de las más importantes facetas en las que el artista aragonés plasmó su genio. Por una parte por sus aportaciones a esta técnica artística y la maestría que alcanzó en su ejecución y, por otra, porque es en la obra gráfica donde el artista expresa sus pensamientos o invenciones de forma más libre, a diferencia de los encargos o las pinturas que realiza para la iglesia o la corte.

El artista aragonés rompe con cualquier limitación pictórica e iconográfica establecida hasta el momento y se erige como pionero de la modernidad, entendida ésta en su doble vertiente, en cuanto a la técnica y, especialmente, en lo que se refiere al concepto: subjetividad, irracionalidad, onirismo, espontaneidad, sátira, crueldad, violencia o expresividad.

La primera vez que Picasso contempló de forma directa la obra de Francisco de Goya fue el 16 de abril de 1895, con 14 años de edad, en el Museo del Prado. Fue durante una corta estancia en Madrid, cuando el joven viajaba con su familia desde la Coruña a Málaga a pasar unas vacaciones. De aquella visita han quedado testimonios en dos apuntes a lápiz copia de Velázquez y un boceto del cuadro de Goya El General Palafox a caballo. Un segundo momento tiene lugar durante el curso de 1897 a 1898, cuando, de nuevo en Madrid como estudiante de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, vive una etapa de desaliento, pobreza y frío. El joven pintor cursa estudios en la Real Academia de San Fernando, donde la enseñanza rígida y conservadora le produce rechazo y desánimo. Según recuerda su amigo de entonces, el pintor Pancho Bernareggi, ambos iban al Museo del Prado y copiaban a Velázquez, Goya, a los maestros venecianos y a El Greco. Queda testimonio del interés de Picasso por la obra de Goya en obras como Toro corneando a un torero.